CAPÍTULO 52

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POV VANESA

En esa fracción de segundo mi cuerpo se congelo, la visión de Mónica tirada en el piso sucio con sangre hizo que mi cuerpo entero se detuviera. Como si hubiera entrado en otra dimensión solo podía temer perderla. Podía escuchar mi respiración, el lento latido de mi corazón, casi deteniéndose. No estaba sola, había alguien con ella en el piso, haciendo la escena más inquietante. Mis ojos se alejaron de Mónica y aterrizaron en la rubia que mantenía el arma en sus manos. Adriana puso sus ojos en mí y su expresión era casi indefinida. Una mezcla de miedo, desesperación y enojo. Y como si una mecha hubiera tenido contacto con fuego, reaccione.

-Tú. ¡La mataste! -Dije en una voz pequeña -¡Hija de perra, la mataste!-grite con desesperación.

Mi único pensamiento en ese instante era:

"Si ella se había llevado a mi mundo, yo me llevaría el de ella"

Entonces sin tener control sobre mí, camine hacia Adriana con alarmante velocidad. El enojo y el dolor explotaron en mi pecho de una manera loca e irracional mi único deseo en ese momento era matarla. Empuje su cuerpo bruscamente, haciéndola caer sobre una pequeña mesa, haciendo que todas las cosas cayeran al piso. Me miro asustada, dejando caer el arma con la que había disparado a Mónica debajo del gabinete, me moví hacia ella y levanté su cuerpo por la blusa que estaba usando, lanzando a la mujer duramente contra el piso.

-¡Suéltame!-grito desesperadamente.

Rápidamente me coloque sobre ella, sujetándola en el suelo. Con una fuerza descomunal la golpee en el rostro. Una, dos, tres veces hasta que vi sangre salir de su nariz.

-¡Te voya matar! -dije llorando de forma desesperada, mientras golpeaba a la mujer con toda mis fuerzas.

-¡Perra! -grito tratando de empujarme.

-¡La mataste! ¡Mataste a Mónica! -grite entre lágrimas que rodaban por mi cara.

-¡Quítate de encima! -me empujo de nuevo.

Pero mi cuerpo simplemente estaba fuera de control, golpee a la mujer con el coraje, dolor y odio que había crecido en los pocos segundos que vi a Mónica en el piso. Adriana fue capaz de posicionar sus manos en mi cuello, donde araño fuerte, haciéndome gruñir de dolor. Pero no
me rendiría. La golpee en la cara sin piedad o clemencia, la mataría a sangre fría. Ni siquiera podía sentir el dolor en mis puños que se azotaban fuertes en la mujer, o sus fallidos intentos de detenerme. Era como si un golpe de adrenalina me hubiera legado, levando a los más terribles instintos.

-Vas.. -le di una fuerte bofetada - a pagar por esto!  -grite dándole un puñetazo a la cara.

La mujer lloraba entre gritos desesperados, en un descuido me sujeto fuertemente. Girando su cuerpo contra el mío haciéndome caer al piso. Adriana me dio una bofetada que seguramente dejaría una marca, sus manos fueron hacia mí desesperadamente tratando de defenderse. Trate de sujetar sus brazos, pero era casi imposible. La sujete del enmarañado cabello, jalándolo fuerte y haciéndola gritar. Por una fracción de segundo se distrajo por el dolor dándome la oportunidad de darle vuelta a la situación. El empuje fuertemente haciéndola golpear en el escritorio de la oficina.

-¡Hija de perra! ¡Maldita hija de perra! ¡Te voy a matar!-grite moviéndome hacia ella de nuevo, sintiendo mis manos temblar, la cara mojada a causa de las lágrimas que no podía detener.

La jale de la tela de su blusa, levantando su cuerpo, y un segundo después le lance un fuerte puñetazo en la boca que hizo que su cuerpo cayera al piso, golpeándose fuerte la cabeza. Repetí la acción muchas veces en una furiosa y enfermiza falta de control. Hasta que en un fallido intento estiro el brazo tratando de alcanzar algo. Al instante busque aquello que ella quería con desesperación, y note el brillo del arma plateada que había arrojado debajo del
gabinete. Y golpee su cara con más furia, causando que su cabeza se moviera al lado contrario que el golpe. Las manos me empezaron a doler mucho, rápidamente me
levante, tomando el arma del piso. Ella le había disparado a Mónica.
Le disparo.
Mato a Mónica.
Ella la mato.

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