CAPÍTULO 16

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POV MONICA

Después de una hora y media llegué a mi destino. Me encontraba en frente de la casa de María mirando el entorno en el que viví por un largo tiempo, pero ahora se veía muy extraño. No era una casa grande pero tampoco pequeña. Tengo que decir que era una bonita casa de
clase media pintada en tonos marfil, estaba un poco estropeada, pero nada que una renovación no pudiera arreglar. Pensar que esta casa pudiera ser embargada en cualquier momento me llenaba de enfado. Cerré mis ojos y respiré profundamente, ese no era el mayor de mis problemas, ver otra vez a Maria era una tarea más difícil.
Caminé dando pequeños pasos por el porche de la casa, mirando a través de la ventana en busca de Lau, pero no había señal de ella. Lo más probable era que la pequeña estuviera durmiendo puesto que era demasiado
temprano. Me daba temor entrar, ya no era más mi casa incluso a pesar de que yo la sustentaba económicamente.
Han pasado 2 años desde la última vez que las vi, después de muchas discusiones con mi madre, decidí mantener mi distancia, lo que me hizo bien. No sé si hubiera podido aguantar ser juzgada por mi madre durante más tiempo.
Pero aquí estaba, con mis manos sudando y un cierto nerviosismo acompañado de ansiedad los cuales me estaba atormentando.
Ya no era la antigua Mónica, pero todavía estaba asustada de escuchar todas sus palabras otra vez, esas palabras que vienen a mi cabeza podría odiarla sino supiera todo lo que pasó para mantenernos.

"Todavía puedes irte, Mónica" Grito mi subconsciente, pero no lo iba a obedecer.

Tenía que afrontar la situación tarde o temprano. Con el pasar de estos 2 años me
convertí en una mujer madura capaz de lidiar con los problemas que la vida nos trae. Haría mi papel de hija y ella tendría que hacer su papel de madre.
Me paré frente la puerta y golpeé 3 veces suavemente, los cuales rápidamente fueron oídos porque en cuestión de unos minutos la puerta fue abierta. Para mi alivio, fue Lau quien abrió la puerta. La pequeña se quedó
mirándome de forma estática como si hubiera visto un fantasma, pero pronto una amplia sonrisa apareció en su rostro.

-iMoni!
Lau saltó prácticamente a mis brazos apretándome en un fuerte abrazo. Juro que me sentí con ganas de llorar y limpié mis lágrimas que habían caído por las mejillas.
Ella estaba diferente ahora, su pelo estaba más largo, estaba más alta ya había pasado de mi cintura en altura.

-¡No puedo creer que hayas regresado! Te extrañé mucho.

Su tono de voz sonaba feliz y emocionado. Yo solo lloraba,lloraba por lo mucho que la había extrañado, lloré por verla tan grande y diferente, lloré por no haber podido ver todo eso.

-También te extrañé mucho Lau, un montón.
Ella me soltó y se quedó mirándome sonriente.

- ¿Dónde está María?
Pregunté rápidamente.

-Ella no está, salió hace un rato. ¡Pasa Monica!
Sin ella en la casa me sentía mucho más relajada. Entré a ese lugar que solía ser mi casa, notando que no había cambiado en lo absoluto, todo estaba exactamente igual que cuando me fui.

-Pensaba que no te volvería a ver Moni

-Te prometí que volvería, ¿recuerdas? Y he vuelto. Sonreí a mi pequeña hermana, quien me jaló para sentarme en el sofá.

-¿Te mudarás de nuevo con nosotras? Mamá ha colocado un centenar de cosas en tu habitación, pero puedes quedarte en la mía.

-No Lau, solo he venido de visita, ya tengo mi casa.

-Pensé que ibas a volver Moni.

-No puedo, mi amor, pero mira, prometo visitarte más a menudo ¿sí? Y te llevaré a conocer mi departamento.

- ¿En serio? ¿Lo prometes?

-Lo prometo, vas a amar a Mariela y a Melissa, ellas son como mis hermanas también.

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