The Stripper

CAPÍTULO 50

POV ADRIANA

¿Conoces esa sensación de estar completamente realizada? ¿Feliz? Así era exactamente como me estaba sintiendo esta tarde. A pesar de estar exhausta, me encontraba en un estado de radiante y pura realización. Los planes del día anterior no podían haber ido mejor. Vanesa y Mónica habían terminado lo que llamaban relación. ¿Y yo? Bueno, yo podía continuar con Martina, la máquina de dinero dentro de "Lo prohibido". Debo confesar que el principio, me sentí mal por engañarla, después de todo la chica había estado conmigo por años, ayudándome a levantar mi negocio. Pero no era el momento adecuado para sentimientos o compasión, y si para estrategias en un juego que podría perder fácilmente si no era astuta.
Después de lo que paso anoche pensé que debía celebrar, para mi pesar Inma no me pudo acompañar, después de todo tenía que jugar a la chica buena para Martín. Dios, esa mujer me daba nauseas. Su actitud prepotente y arrogante me disgustaba solo por recordar su existencia.
Por lo que decidí buscar a una vieja amiga que me dio una maravillosa noche de placer, lo que hizo que me relajara y disfrutar el sabor de la victoria. Ya era tarde y estaba en camino al club para revisar la hoja de balance del mes, probablemente Inma aparecería más tarde para celebrar juntas lo del día anterior. No había hablado con ella desde que se había ido con Vanesa, con tanta turbulencia termine olvidando mi teléfono en la oficina. Lo cual no estaba totalmente mal, necesitaba tiempo para mí.

-¿Adriana ? -escuche a Valentina gritar desde atrás.

Ni siquiera puse atención, no tenía la más mínima paciencia para hablar con la chica.

-¡Espera! ¡Necesito hablar contigo!-grito de una manera escandalosa -¡No entres ahí!

Aceleré mis pasos y abrí rápidamente la puerta de mi oficina, cerrándola en el mismo instante en que entre para evitar la conversación innecesaria con la bailarina.

-Que chica tan molesta! -bufe irritada contra la puerta.

-No deberías tratar así a tus aliados, Adriana. - escuche la voz de Mónica llenar el ambiente.

-¿Qué estás haciendo aquí?

Frunció el entrecejo y me miro con una expresión que decía "¿A caso no es obvio?"

-¿Qué quieres decir con que estoy haciendo aquí? "Lo prohibido " es mi segundo hogar, ¿cierto?

Pregunto Mónica, se levantó de la silla lentamente, caminando en pasos pequeños hacia el bar. No sabía que estaba pasando, tenía un aura misteriosa, casi indefinida. No dijo nada, solo se sirvió una pequeña cantidad de whisky en uno de los vasos, agregando tres cubos de hielo. Sacudió el líquido en la barra en sentido a las manecillas del reloj, para después mojarse los labios.

-Por supuesto que es tu casa, solo que me sorprendió verte aquí.

La morena sonrió, sacudiendo la cabeza. Comenzó a caminar de regreso al escritorio donde se recargo.

- ¿Sorprendida? Genial. Me encanta dar sorpresas. - dijo guiñándome.

-Te ves...

- ¿Bien? ¿Feliz? -dijo sonriendo.

Me encogí de hombros mientras ponía mi bolso en el escritorio.

-Si, después de lo de ayer creí que no vendrías por aquí tan pronto.

Mónica sonrió y me miro con esos ojos casi ardientes.

- ¡Ah! Ayer, fue una noche inquieta. - comenzó a hablar pacientemente. - Pero muy buena ¿te gusto?

- ¿Buena? Claro que no, Mónica estaba preocupada por ti.

Arqueo una ceja y asintió.

-Me imagino cuan preocupada debiste haber estado por mí, eres siempre tan benevolente.