CAPÍTULO 38

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POV MÓNICA



-¿Quieres que me olvide de Martina?

Le pregunté a la mujer que me miraba de manera firme y  paciente.

-Quiero que exista solo para mí.

Amaba lo posesiva que era Vanesa, me hacía amarla más. Pero no entendía donde quería llegar con eso. Yo ya era suya.

-¿Qué quieres decir con eso?

Vanesa respiró profundamente y sonrió, poniendo su mano sobre la mía que estaba sobre la mesa, donde empezó a dejar caricias.

-Quiero que dejes "Lo prohibido ".

Por unos segundos me quedé paralizada, tratando de.comprender si eso lo había escuchado de ella o si mi imaginación había ido muy lejos.

-Mónica.. Susurró Vanesa, despertándome.

-¿Hablas en serio?

-Sí, lo pensé bien, ahora que estamos juntas no necesitas ir a ahí más. - Habló  con calma mientras bebía de una copa de vino.

-Vanesa, que vaya ahí o no, no interferirá en lo que tenemos, amor. - Hablé con calma.

-Claro que lo hará. No te quiero ahí, exponiéndote a ti misma de esa manera. -Habló con seriedad.

-Hace una semana te gustaba, y no te importó. - Dije con indiferencia.

La mujer rodó los ojos y resopló.

-Hace una semana no eras mi novia.

El lugar se puso automáicamente pesado, propagando la tensión entre nosotras.

- ¿En qué cambia eso? Solo estamos saliendo de manera oficial. Nada cambiará.

- ¡Obviamente lo hará, Mónica!

- ¿En qué?

- ¡En todo! Ahora eres mía.

- ¡Y siempre lo seré, Vanesa!

-No estando ahí, bailando para esa gente. Quiero que solo seas mía.

-Eres mi novia Vanesa, no mi dueña.

Nos miramos la una a la otra casi escupiendo fuego. Increíble, todo era demasiado bueno para ser verdad.

-Wow, no puedo creer lo que acabas de decir - Hablo levantándose de la mesa, y al mismo instante me arrepentí de ser demasiado grosera.

Me quedé en mi sitio mirando como Vanesa se servía un poco más de vino, para luego mirar hacia el rio. Me puse de pie lentamente y caminé hacia ella.

-Lo siento. Solo quiero que entiendas que no me puedo ir. - Dije tocando su brazo cariñosamente.

-¿Que te detiene ahí?

-No puedo simplemnente dejar a Adriana a un lado. No puedo abandonar el proyecto con ella.

-Proyecto donde solo ella gana, ¿verdad?

-Vanesa, también cobró muy bien por eso.

-Mónica, ¡no lo necesitas!

-Si estoy ahí es porque lo necesito.

-Puedo darte todo lo que quieras, mi vida.

-No quiero tu dinero.

-No quiero que estés ahí. Conmigo no te hará falta nada.

-¿En serio crees que soy esa clase de persona que deja que la mantengan?

Vanesa me miró incrédula, era clara la molestia que sentía que me haya enfrentadoa ella.

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