Epílogo parte 2

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POV MÓNICA

Baje la última caja que quedaba a la habitación. Al fin nos habíamnos mudado a una casa de verdad. Por años Vanesa había logrado detenerme, evitando a toda costa dejar su hermoso departamento. Pero en estos últimos mneses le di un ultimátum. Ahora con Miranda debíamos tener un espacio más grande.

-Moni, Van wdijo que dejara esa caja aquí. - dijo Lau tras entrar a la habitación.

-Déjala en la silla, Lau. Por favor.

Mi hermana asintió y dejo la caja de cartón donde le había indicado. Lau Cáceres ya no era una niña, estaba en la adolescencia. He tratado de cuidar de ella a toda costa como siempre lo había hecho desde sus primeros pasos, a la niñez y la adolescencia. Con la muerte de María, nuestro lazo se hizo más fuerte, a diferencia de muchos familiares, mi relación con Lau era maravillosa. Siempre manteníamos una conversación amistosa, llena de respeto y afecto. La ausencia de padres en la vida de la más joven no estaba siendo tan perjudicial como lo había sido para mí. Tal vez la nueva estructura familiar que teníamos había beneficiado totalmente el crecimiento de Lau, ya que Vanesa era tan fraternal hacia ella como yo. Era maravilloso ver como mi esposa amaba a Lau, y cuidaba de ella como si fuera su hermana.

- ¡Iré a ver mi nueva habitación! Vanesa dijo que había puesto una bañadera en mi baño, ¿Puedes creerlo? -dijo emocionada.

-Sabes que no es lo suficientemente grande como para meter a Bruno y darle un baño, ¿cierto?

-Vanesa dijo que si puedo.

Antes de que pudiera decir algo, la joven había salido de la habitación riéndose entretenida. ¿Debería decir que incluso después de años, ese perro hacia un enorme desastre? ¡Dios! ¡Y no solo el! Ahora no solo tenía una niña en mi casa. ¡Tenía tres!

-¡Atención damas y caballeros! En unos minutos aterrizara el mini aeroplano. ¡Esta es la comandante Vanesa Martín junto a la piloto Miranda Carrillo Martín!

Escuche la voz de Vanesa viniendo del pasillo, y junto a ella la risa de Miranda hacía eco por la habitación. Como dije, aquí vienen las otras dos niñas. En segundos, vi a Vanesa entrar a nuestra habitación con nuestra hija en la espalda. La pequeña tenía una sonrisa enorme en la cara y sus pequeños brazos alrededor del cuello de mi esposa.

-¡Cancelen el aterrizaje! ¡Cancelen el aterrizaje! ¡Mamá moni está en medio de la pista de aterrizaje!

-¡Aterricemos en la pista dos! -dijo Miranda entre risas.

- ¿Qué creen que están haciendo señoritas?-dije cuando me levanté del piso.

- ¡Jugando al avión! -dijo emocionada mi hija.

-La última vez que jugaron así alguien salió lastimado..- me acerque a ellas, y me miraron con cara de aburrimiento.

- ¡Me resbale, no vale! -Se defendió Vanesa haciéndome reír. - Miranda, dile a tu mamá que no sea aburrida.

-Má... -dijo Miranda aun enganchada al cuello de Vanesa.

Sonreí mientras las observaba así. ¿Había alguna duda de quién era la madre irresponsable? Miranda beso la cara de Vanesa, y después me disparo una sonrisa. Tal vez nadie entienda lo maravilloso que era verlas así. Contrario a lo que muchos piensan, Vanesa era la madre más boba y juguetona de todas. El aire imponente y serio que tenía en Industrias Martín desaparecía totalmente cuando estábamos en casa junto a nuestra hija y Lau . Era prácticamente irreconocible para aquellos que solo la conocían en horario de trabajo, y admito que tener ese  lado de Vanesa era lo mejor del mundo.

-¿No me vas a dar uno también? -pregunte con las manos en la cintura.

Vanesa se acercó para que nuestra hija me depositara un amoroso beso en la cara. Sonreí cuando sentí los delicados labios de la pequeña, inmediatamente me encargué de depositar muchos besos en la cara de la pequeña, quien sonrió.

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