PLIEGUES

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A la hora de partir, mis sesos se vuelven humo, y en métrica del fin, se pierden y eso asumo ¿Cuánto tiempo más en el hoyo? Cuando no hay un retoño: "Un sentimiento muerto, en un corazón roto".

Son los temores que renacen y se manifiestan como cuerdas cuánticas en el universo: replegados en la infinidad, insensatos e ignaros con su huésped, fabricando mil aristas en la inmensidad.

Si carezco de fertilidad, mi emoción se nubla y reza; si mi gloria es imperfecta, la llanura pasa a cuesta; en ese laberinto, los enérgicos blasfemos, en la danza teatrera, pierden singularidad.

Mi elasticidad se encierra en una mazmorra, es cautiva de tu zona y de lo que pueda venir; mas refugio concebí en la ilustre página del cuento; sin memorias ni recuerdos la vida se extinguirá.

Así somos los hombres, así somos de cobardes, pero piensa en grande: "Seguro replicará"; gesticular cien oraciones, abarrotadas de prosa imprudente, si deseas ser elocuente, ve a la sinceridad.

Que la fábula del lobo no le dé tanto agravio, porque según el nefasto, el villano lo será; pero habrá interpretación de algún sabio en la luna, ese ser de la laguna en el oráculo de Delfos; es el ego de mi alma deseando tu razón.

No te pediré perdón, porque de ello eres dueña; no vacilaré mi armazón, cuando de él eres condena; piérdete si eso deseas, da igual, ya no me importa, solo Dios conoce a Atenas y sabe cómo suele enloquecer.

Las flores de papel, papel son; las cartas de cartón, cartón son; lo pliegues que se doblan y se agrandan al compás del mármol, en cambio, demuestran ser el punto sine qua non de mi postulado, de mi resignación.

ANTOLOGÍA: RASGADOS DE NUREÑADonde viven las historias. Descúbrelo ahora