ANTOLOGÍA: RASGADOS DE NUREÑA

FRUTILLAS

El mausoleo de los recuerdos me ha contado de tu corazón, me ha dado una descripción impecable y de alto valor, soy yo quién debe interpretarlo, sacar una conclusión.

Mira que no sé cómo es que veo a dos sombras, a dos pilares que se paran, como entes y umbrales, para decirme: "Así no debe ser". Yo perdí en la jungla de concreto, en la canela aluciné bordear; más por ti no pude contemplar, esa belleza, ese matorral de fresas.

Con "Tourista" de fondo, a Cupido eché, a ese ser tan mediocre, una bofetada entregué; que él no se interponga entre esta estación, que después de las flores, frutos enarboló. Puede que me equivoque, no quiero un cóctel de derroche, en el oro de la "Carrera de Fantoches" seguro que acabaré, y no en tus pieles castizas, vestidas con un hermoso crepé.

El sueño es tópico de mis días desde que te vi en él, mi subconsciente es preso de tu sonrisa desde que te concibió; interesanteses para mí el saber que la imaginación me condenó, con el frasco onírico quebrantado en los fauces de otra dimensión. Pero a la mazmorra llega luz, la luz que ilumina tu cuerpo y que me llama a escapar, a encontrarme contigo en el festival; a visitar los jardines tras ese tortuoso abisal, que no separó mi latir: "De sentir, de atisbar; de consentir, de amar" .