MORIBUNDA ADMIRACIÓN

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Cuando el viento, vigoroso, arremete contra mi rostro; cuando mis pensamientos, en la caverna de Perséfone, se ven diluidos; cuando la magia, cuál alquimista, en "dada" ciencia, me conduce hacia el pesebre; cuando la luna, sonrojada, no te cuenta de mis versos; cuando todo ello se narra, tú apareces en mi mente.

De Rousseau a Maquiavelo, del tamaño de mi ego; de tal manto en el cielo, yo pude atesorar: "Stendhal hallase mal en La Noche Estrellada, en la Oreja de Van Gogh, en la barba de un orate. Su tragedia iría a dar, a su nombre una causa, y a su angustia una lanza para el juicio final; su vida he de recordar con la gloria de un ilustre".

Renacerá mi amor en la forma de un bebé: "El Primogénito de Dios", "El Alfa y el Omega"; en la carátula del libro observarás tu rostro, con la bella pluma que narra el contenido, describiendo así a una princesa que ha acelerado mis latidos. Es en la fina manera de retratarte, es en esa causa donde mi alma duda; teme desprestigiarte con errores, porque tú eres su "Benedictina Rareza", su "Moribunda Admiración".

ANTOLOGÍA: RASGADOS DE NUREÑADonde viven las historias. Descúbrelo ahora