Feligreses del mundo contemporáneo, del pueblo llano, más asociado con la insurgente mezquindad de quienes se hacen llamar hombres de bien; la pintura gris que impera en mis nervios es la aberrante fusión de calderos blancos y negros, de secuencias divergentes entre la muchedumbre alocada y superficial.
¿Qué me costó decirte en persona "Te quiero"?, ¿qué me costó ser así de sincero contigo?; aún sigo buscando tal respuesta dentro de mi ser: "¡Oh, chica! ¡Te quiero! ¡Realmente te quiero!", pero mira que la pintura se derrama y me mancha de tu indiferencia como el despotismo de la muerte hacia un atónito gorrín. Amarte debe ser difícil, asimilar tus tiempos ha de ser un desafío escandaloso, mas no acto imposible de concretar, pero debo aclarar que la luna de tus ojos no reflejaré más, Katherine.
Kiara, ¿qué piensas de mí?, sé sincera conmigo, revolotea dentro de tu psique una respuesta bañada en filosofía y claridad; sé que lo puedes lograr. Hace semanas soñé contigo, hace cuatro días soñé contigo, ayer aluciné contigo y hoy pienso en ti; aunque en mí no brote un atisbo de cariño, lo debo testificar. Te has incrustado dentro de mi mente, pero en el fondo de mi corazón reside ella, tu compañera, tu amiga ¿Debe ser un golpe desesperado por fulminar mi soledad?, no, solo busco lidiar con la inmensidad que aflige a alguien que ve más allá de la barrera humana.
Kiara, ¿me has visto con ojos de charlatán o engreído?, sé que de mí tu opinión debe ser la más sensata y correcta, sé que de mí esas capas no conoces, porque evidentemente nunca te las mostré. Kiara, ¿sabías que Cervantes creía bazofia El Quijote?, ¿sabías que Allan Poe no quería estar vivo?, ¿sabías que Camus concluyó que el "sin sentido" es en sí una oportunidad única para ser especial y directo?; oye Kiara, ¿acaso sabes que te veo con ojos de recelo y admiración, con rostro de indolente y sin conciencia de mi vigor? Kiara, definitivamente no te conozco y eso me causa frustración y dolor.
ESTÁS LEYENDO
ANTOLOGÍA: RASGADOS DE NUREÑA
PoesíaLos Libelos de Diego, los "Rasgados de Nureña", un camino de escritos que conectará sus mundos con el mío; con el arco final.