MEDITACIÓN

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Corazón, vive sin mí; perdición, siéntete dueña de esta calumnia; levanten juntos una muralla de hormigón para poder erradicarme.

¿Matarás por hambre y sed? ¿Reproducirás secuencias meticulosamente en mi memoria? Actúa así, como lo has de hacer siempre en la membrana de mis pensamientos.

Carente de metas, pues todos son sueños que se tornan utópicos al paso de los días; semejante a un invierno que da frío, pero no enferma.

Y en mi juventud prima la desidia, el desamparo, la calumnia; son patrones trazados por los mandatos de un desquiciado en el infinito.

Sácame de lo ambiguo, de lo que no es claro. Sé guía para mi superyó y regrésame a la ignorancia, pues me perdí en las enredadas avenidas de la nostalgia; ser prisionero de lo elemental llama a la soledad.

ANTOLOGÍA: RASGADOS DE NUREÑADonde viven las historias. Descúbrelo ahora