Soberano del Inframundo, ¿hoy viniste a visitarme? Extrañaba verte en lo más profundo de mi corazón, porque mi ser denota un componente autodestructivo tan vehemente que me es imposible hacerme cargo de él.
Si la luciérnaga está condenada a brillar en la oscuridad, yo soy una espantosa cigarra; sí las rosas están destinadas a ser rojas, el color de mi alma será el más desteñido; es así para la putrefacción de mis huesos, de mi carne y de mis pensamientos.
Cuál niño alborotado en la muchedumbre, cuál mujer desamparada de un hombre que se emancipó de su cría, cuál agua cachaza de las tuberías en los suburbios; es así como me siento por la soledad.
"¿Qué me hiciste?, ¿qué me hiciste?", repetiré sin cansancio, con el nacer de mi llanto en su máxima expresión; entra a colación mi despotismo y mi cinismo: es el ente del pesimismo que en mi morada está.
Cuanta verdad en tus palabras, cuanta sapiencia en tus aseveraciones, cuanta modestia en tus aclaraciones; solo no lo quise ver, que como hembra, como mujer, todo supiste comprender.
He ahí mi necedad, camuflada con prolijidad; he ahí mi mortificación, enaltecida por tu supuesta perfección; yo simplemente no asimilo mi degradación, en esta jaula del pasado soy preso de la imaginación.
Qué mentira le conté a mi subconsciente; qué falacia elevé a mis neuronas, a mi mente; qué repuesta distorsioné en las horas de la noche; sin sentido y sin nombre: "Es esa mi identidad".
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ANTOLOGÍA: RASGADOS DE NUREÑA
PoesíaLos Libelos de Diego, los "Rasgados de Nureña", un camino de escritos que conectará sus mundos con el mío; con el arco final.