Estamos perdidos en la playa de arena gris, aún no nos encontramos; sigo esperando pacientemente tu llegada, a veces con lágrimas de amargura, y en otras ocasiones, con esperanza. Quizá te haya tragado la tierra, pues son años ya y aún no apareces; creo que te perdí para siempre...
Un día, dos días, tres días, una infinidad de días; no me hago viejo, pareciera que mi juventud no tuviera fin. La arena empieza a ennegrecer, el agua del mar se torna roja como la sangre, los rayos del Sol queman abrumadoramente y mi piel se carboniza.
Siento que desaparezco, parece que estoy en trance. Ahora soy consciente, pero no quiero cambiar nada; está tan cálido, como una cobija en invierno. Hay una luz cegadora frente a mí, quiero ir hacia ella, predigo que es instintivo.
¿Qué es esto? ¿Esta es una nebulosa o una constelación? Es hermoso..., demasiado hermoso ¿Y esas cosas? Son enormes, tienen forma humanoide, en sus brazos yacen galaxias y agujeros negros: "El miedo puede ser espectacular...".
¿Esa no es la tierra? Estoy descendiendo... Esta es una montaña desértica ¿Es Australia? ¿Qué? Ahora vuelvo al mar, pero es uno colorido. Hay dos tortugas hembra ocultando sus huevos en la arena, vislumbro que les cuesta mucho.
¿Ah? Hay una silueta en la sombra de aquella palmera y no es mía. De repente, aquella silueta reveló su ser: una mujer de ojos miel, con pecas en el rostro; un cabello castaño, que al sol era rubio; una piel blanca, como la nieve andina; unos labios gruesos y rojos, de carnoso aspecto; una nariz respingada, de perfil mediterráneo; y un cuerpo delgado y esbelto... Definitivamente eras tú, Yamila...
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ANTOLOGÍA: RASGADOS DE NUREÑA
PoetryLos Libelos de Diego, los "Rasgados de Nureña", un camino de escritos que conectará sus mundos con el mío; con el arco final.