Cap 17

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Lisa cuando despertó se sintió descolocada al encontrarse en un lugar desconocido, entonces se dio cuenta que estaba acostada en una amplia cama, de una habitación grande y lujosa y que al lado de ella estaba Kim. No entendiendo un demonio lo que pasaba, trató de sentarse bruscamente, pero un mareo le sobrevino.

—Tranquila, no te muevas. Ya mandé a buscar al médico, cariño. —Le dijo él con dulzura, acariciándole la mejilla y haciendo que, prácticamente, saltara de deseo por su contacto.

—¿Dónde estoy? —Le preguntó, queriendo entender lo que ocurría.

—En mi casa. Te traje aquí cuando te desmayaste en los jardines Vauxhall. —Le respondió él, luego preguntó sumamente preocupado. —¿Estas volviendo a usar láudano, Lisa?

—¿Qué? ¿Cómo que me trajo a su casa? —Fingió molestarse ella, ya que aunque no contaba con desvanecerse, esto estaba saliendo mejor de lo que había planeado. —Yo estaba con Jongin ¿Dónde está él?

—Olvídate de él y contéstame la pregunta ¿estas volviendo a usar láudano? —Le dijo Taehyung, apretando los dientes, celoso, por la preocupación que ella mostraba por el hombre ese.

—No Kim, ¿Cómo voy a olvidarme de Jongin? —Insistió ella levantándose, fingiéndose desesperada— debo ir a buscarlo, tengo que darle una explicación.

—¡Maldición que te importa él! —Bramó Taehyung, tomándola de ambos brazos.

—Él me importa mucho Kim, Jongin es un hombre maravilloso y no quiero que piense mal de mí, luego de esta situación impropia. —Dijo Lisa.

—Pues no te voy a dejar ir con él. —La amenazó Taehyung, pegando su boca a la suya. Ella trató de zafarse, pero cuando no pudo hacerlo, le dijo.

—El otro día le dije que, si volvía a propasarse conmigo, no nos íbamos a volver a frecuentar Kim. Ya su comportamiento me está pareciendo muy pesado. ¿Qué es esto de traerme a su casa? ¿A su cuarto? Usted se va casar con mi hermana, además puede manchar mi reputación por tenerme a solas con usted.

—Estoy loco por ti, Lisa.

Lisa se quedó en blanco, cuando oyó estas palabras de él, así que lo dejó continuar.

—Sí, sé que lo que hice está mal, pero estoy preocupado —susurró él con dolor— Sé que no comes casi y usas esa porquería para relajar tus nervios y solo quería hacerte ver con el médico, además... además, quiero pedirte algo muy importante...

—¿Pedirme algo? —La voz de ella, salió más aguda de lo normal, sintiendo que venía lo que tanto había ansiado.

—Cásate conmigo —culminó él y Lisa sintió una satisfacción suprema al oírlo— No puedo contra lo que siento por ti, Lisa, así que terminaré mi compromiso con tu hermana para iniciar una vida contigo, claro si tú me aceptas...

Lisa, tragó saliva para medir sus siguientes palabras. No quería que se le notara lo emocionada que estaba por al fin conseguir su propósito.

—¿Kim está seguro? —Le preguntó.

—Claro que estoy seguro —le respondió, luego amoroso y tierno preguntó, mirándola fijamente— ¿Me aceptas amor?

Lisa cerró los ojos, felicitándose, por lo astuta que era, luego dijo.

—Sí, Kim, acepto.

Al parecer haberle dado en si puso eufórico al Principe, quien le cubrió la boca y arrastró en un salvaje beso. Y ella no pudo evitar corresponderle, enterrándole los dedos en sus poderosos hombros, mientras sus lenguas se enredaban ardorosas. Lo deseaba mucho. Como decía su madre, Kim era un hombre muy atractivo y era natural sentir algo, por eso se dejó llevar y permitió que la acostara en la cama, mientras él la deshacía de su vestido. Ella sabía que no estaba bien, que debían esperar, pero dándole su virtud, no habría retorno y él no se podría echar atrás. Tendría que casarse con ella. Era un riesgo, pero lo correría así que dejó que él la toqueteara entre los muslos, cuando la tuvo totalmente sin ropa y tambien permitió que le mostrase su miembro, lleno de venas, listo para atravesarla, cuando él tambien se deshizo de sus prendas, aguándosele la boca a ella de ver su musculoso pecho.

—Te amo —le dijo Kim enajenado, poniéndose sobre ella, no queriendo pensar que esto era muy impropio.

Y Lisa cerró los ojos, sin protestar, sin evitarlo, solo besándolo, mientras sentía la punzada dolorosa, dentro de su cuerpo que se llevaba la tela de su pureza.

Se volvió a decir que lo estaba permitiendo para asegurarse ser su esposa, no se atrevía a aceptar que en realidad lo estaba haciendo porque como él, ella ya no aguantaba más no tenerlo, estar juntos.

—Taehyung espera... —Susurró ella, nerviosa por esa invasión, con los muslos temblando, enredados en su cintura.

Y él se quedó quieto, tratando de dominarse.

No podía creer que lo hubiese hecho.

No podía creer que por fin tuviese entre sus brazos al objeto de sus desvelos, pero así era Lalisa Manoban ya era suya y le haría el amor, hasta que corriese dentro de ella, todo su simiente.

No podía creer que por fin tuviese entre sus brazos al objeto de sus desvelos, pero así era Lalisa Manoban ya era suya y le haría el amor, hasta que corriese dentro de ella, todo su simiente

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