Lalisa la Jovén más bella e inalcanzable de la sociedad. Una mujer inteligente y manipuladora. lo que tiene de belleza lo tiene en arpia. Pero que pasara cuando la ruina le llega a ella y a su madre, ya no seguira rechazando a sus pretendientes. bus...
Taehyung siguió sin moverse, con los dientes apretados para no lastimar a Lisa. Ella estaba supremamente tensa, con su rostro notándose que no se acostumbraba a tenerlo dentro, así que a Taehyung para distraerla le tocó inclinar su cabeza para iniciar a chuparle un seno, de aureola rosada, del que se amamantó hasta que la hizo suspirar y soltar el cuerpo. Entonces, él pudo avanzar, se hundió todo lo que el resbaladizo sexo de ella le permitió y empezó a danzar. Lisa en respuesta, empezó a gemir, sintiendo más placer que dolor al ser tomada por primera vez y echó la cabeza atrás al tiempo que le agarraba por instinto las nalgas a Taehyung para instarlo a moverse más rápido, él así lo hizo, aumentó el ritmo y mientras la besaba furiosamente, le empezó a repartir una tanta de embates, agarrándola de los muslos, provocando que ella sintiese que no podía respirar y que los ojos se le llenaban de lágrimas de tanto gozo. No imaginó siquiera por un segundo que el tener intimidad pudiese ser tan placentero, había escuchado que la practica era dolorosa, así que estaba sorprendida de lo que estaba sintiendo. Ella misma deseaba que no dejara de menearse entre sus piernas y la abandonase, solo deseaba tenerlo dentro, si fuese posible para siempre.
—Taehyung... —Le susurró desvalida.
—¿Qué mi amor? —le respondió él, mordiéndole el otro seno— ¿Te gusta?
—Sí...
Ante su respuesta, Kim se hundo más y Lisa lo arañó en la espalda desesperada.
—Te deseo... desde el día que entraste a la exposición —le confesó él, con apenas voz por la agitación— ese día desee llevarte a una estancia vacía del museo para arrancarte toda tu bella ropa y tomarte como un salvaje...
—Tae...hyung... —susurró ella excitada por sus palabras, recordando como la había mirado largo rato, cuestión que ella había provocado deliberadamente.
—Ni siquiera podía concentrarme dando la charla, porque solo pensaba en tener tu bello cuerpo bajo el mío para partirte en pedazos...
—Taehyung... —volvió a repetir ella, gustándole escuchar los deseos oscuros de ese hombre que a simple vista parecía frio y centrado.
—Por eso casi me muero cuando vi que el anciano te tocó la mano... —siguió confesando él, ahora llevándose las piernas de ella a sus hombros, para cambiarla a una posición escandalosa que la hizo ver mil estrellas, cuando le empezó a clavar una y otra vez, su largo y grueso pene— por eso te dije todas esas cosas cuando te me acercaste... ardía de celos al pensar que ese señor era tu protector y te acostabas con él...
Lisa, se sorprendió al oír la verdadera razón de su horrible comportamiento de ese día. Su Principe había estado celoso y ella había comprobado como él se ponía de obtuso cuando los celos lo dominaban.
—Eres muy hermosa Lisa... no quiero que nadie se te acerque... no quiero que vuelvas a hablar a Lord Jongin. Ahora eres mía ¿entiendes? — continuó él posesivo, haciendo con ella lo que quería. La estaba tomando salvajemente y ella no le ponía un alto, solo recibía extasiada sus acomedidas, gritando del más puro placer.
Ya para ese momento ambos estaban perlados de sudor, obnubilados y faltos de aire... y para ambos llegó el alivio, Lisa sintió como si le fuese explotar el sentido, mientras Kim depositaba en ella un lago de esperma.
Entonces ambos se besaron soportando los espasmos del orgasmo y en ese momento empezaron a tocar la puerta. La persona que estaba detrás de ella, estaba anunciando que el doctor había llegado. Taehyung allí se maldijo por haber olvidado todo, menos que el delicioso cuerpo de Lalisa, luego la miró a ella con cara de satisfacción y después las gotas de sangre de la virginidad tomada de ella, que habían manchado las sábanas de su cama.
—Cariño, tengo que arreglar este desastre para que entre el médico, quien es el mismo que te envié a tu casa—le comunicó y ella asintió, mientras él fue a buscar al baño una toalla con que le limpió la feminidad, luego la vistió y se vistió él, para luego quitar las sábanas para esconderlas, rogando que hubiese nuevas entre los cajones, para finalmente cuando encontró otro juego dejar pasar el médico. El doctor al verlos nerviosos a ambos, sospechó lo había pasado en ese cuarto, pero no hizo comentario alguno, solo revisó a Lisa y se dio cuenta por su semblante que la dama estaba así porque seguía sin alimentarse, entonces le recetó más menjurjes y se marchó, dejándolos con una criada quien los miraba abochornada por la situación impropia, que podía poner en riesgo la reputación de la Lady.
—traiga el almuerzo para dos. —Pidió Kim a la criada y luego que la chica fue a cumplir la orden, se abalanzó sobre Lisa en la cama dándole un abrazo a su espalda, susurrándole que la amaba como un loco. Ella se quedó congelada ante su acción, porque no le gustaban los abrazos.
—Suéltame Kim. —pidió a taehyung ruda y él se quedó extrañado.
—¿Qué te pasa? ¿No te gusta que te abracen?
—No. —Dijo ella, levantándose de la cama para alejarse de él, ya que no le estaba gustando lo que había sentido al habérsele entregado, ni mucho menos que se mostrase así de tierno y cariñoso.
—¿Por qué?
—Por que no. —No quiso agregar más Lisa y se fue al baño a encerrarse, porque un recuerdo cruzó su mente, respecto a los abrazos.
Cuando ella era muy pequeña y veía a su padre dormirse en el sillón del despacho, ella lo trepaba para abrazarlo sin que se diese cuenta, siempre lo hacía al verlo así, porque de otra forma nunca podría conseguirlo, como lo hacía Jennie fácilmente. Siempre lo hacía solo por segundos para sentir su calor y se separaba, pero un día se había quedado dormida sobre él y cuando él se dio cuenta de lo que ella hacía, la había tirado al piso gritándole que no lo tocara y desde ese día ella no volvió a permitir un abrazo de nadie; ni siquiera los de su madre, a quien siempre evitaba encontrando una excusa.
Lisa depositó la cabeza en la encimera del baño, respirando hondo y tratando de dominarse, diciéndose que no estaba para sensiblerías. Luego de su entrega ya tenía al Principe tirado en la red, tenía que estar con la cabeza fría para seguir moviendo las fichas hasta conseguir el matrimonio.
—¿Estás bien, amor? —Oyó a su espalda ella, luego sintió al Principe detrás abrazándola nuevamente, no esperándose a que ella saliese para pedir explicaciones. —¿Me vas a decir por qué no te gusta que te abracen?
Lisa se dijo ¿Qué cómo iba poder mantener la cabeza fría, teniendo a un hombre así de dulce y atento?
Tenía que tener cuidado porque como decía su madre, podría ella también salir lastimada del juego. Taehyung la hacía sentir cosas distintas a los demás hombres y eso podía pasarle factura a ella, trató de decirse, pero sus pensamientos se fueron al traste cuando él enterró la boca en su cuello y empezó a acariciarle las nalgas, haciéndole sentir su erección nuevamente despierta.
Y luego que él la giró y la subió a la encimera, subiéndole las faldas del vestido también, no supo más de sí misma, volvió a entregarse como una cortesana barata. Maldición, ¿cómo podía ser un hielo, frente a un hombre tan perfecto como ese? Pensó mientras otra vez lo tenía entre sus piernas, dándole placer.
Kim Taehyung, podía ser su perdición.
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