Go Back For Me | Samo

14. ¿Es una cita?

Nunca creí que hacer las compras fuera tan divertido, no podía parar de sonreír y reír con lo que se le ocurría a Momo, al parecer estaba igual de contenta que yo.
Y bueno, seguía sin procesar al cien porciento lo que había pasado en el auto, realmente parecía que estábamos coqueteando en lugar de solo hablar acerca de lo bien que se veía la otra. Tan solo esperaba que no fuera producto de mi imaginación o estuviera interpretando las cosas a mi conveniencia.

De regreso a casa encendió la radio y comenzó a cantar con alegría, bailando de vez en cuando al ritmo de la música. Aquella vista y lo que escuchaba era realmente hermoso, y quería congelarlo, así que sin pensarlo demasiado saqué mi celular y tomé una foto de Momo en ese momento; su voz cantando era preciosa y qué decir de su forma de bailar tan linda, precisa y apasionada.

Bajar las compras no fue un gran problema debido a que el chico de la recepción se ofreció a ayudarnos y aceptamos, aunque Momo llevaba una buena cantidad de bolsas lo cual me sorprendió, y ella al darse cuenta de lo anonadada y preocupada que estaba acerca de que cargara tanto y llegara a lastimarse la incitó a hablar y decirme que eso no era nada ya que ella estaba acostumbrada a entrenar con peso, esa información me relajó y la hizo bromear acerca de que debería intentarlo para no ocupar ayuda de alguien más para llevar las compras en caso de que así lo quisiera, además de que ir al gimnasio me ayudaría a distraerme, pero seguido de eso el comentario que hizo casi me causó un paro cardíaco.

—Aunque no creo que haga falta, tienes un cuerpo muy bonito —me quedé completamente estática antes sus palabras y dejé de sacar las cosas de la bolsa de compras.

—Yo... —inicié, sin embargo Momo me interrumpió enseguida.

—Aunque debes comer más, pero para eso estoy aquí, voy a enseñarte a preparar cosas ricas —asentí.

Se apresuró a sacar las cosas que iba a necesitar y de inmediato comenzó a explicarme cómo hacerlo, para iniciar era algo rápido: Una pasta.
En algún momento sentí que estorbaba gracias a la habilidad que tenía Momo, pero ella al notarlo comenzó a involucrarme un poco más hasta que me encargó lo que estaba en el sartén... Durante ese momento temí por nuestra vida y el departamento, ¿Que pasaría si quemaba todo?
Hirai notó el miedo que tenía y se acercó a mí con una sonrisa.

—No le tengas miedo al fuego —dijo, acercándose a mi lado.

—Voy a quemar todo, Momo —sonreí nerviosamente y ella soltó una carcajada.

—Tranquila, eso no va a pasar.

Se dirigió detrás de mí, su pecho se apoyó contra mi espalda y colocó sus brazos a mi alrededor para de esa forma poder manipular mis manos sobre el sartén.
El nerviosismo comenzó a apoderarse de mí y era incapaz de escuchar lo que fuera que Momo estuviera explicándome, lo único que podía sentir era su cuerpo pegado al mío, sus manos sobre las mías y, finalmente, su rostro sobre mi hombro con su mejilla contra la mía para admirar qué era lo que hacía. Todo eso en conjunto terminó por hacerme perder el control.

—No creo que pueda.

Aquellas palabras salieron de mis labios sin permiso, aunque no me refería a cocinar, sino que no podría mantener la cordura con la cercanía de Momo, y ella pareció entenderlo... O eso creo, no parecía que ambas estuviéramos hablando estrictamente de lo que estábamos haciendo en realidad.

—Tan solo relájate —susurró contra mi oreja, con cierto tono coqueto.

No estaba segura de lo que Momo estaba haciendo o las intenciones que tenía, pero definitivamente no era una clase de cocina y ninguna de nosotras estaba hablando de eso en ese momento. Mi piel se erizó y estuve a punto de salir corriendo, ¿Qué estábamos haciendo?
Sentí el fuego demasiado cerca de mi piel y entonces comencé a confundir si realmente me sentía acalorada por la flama de la estufa o por el cuerpo de Momo detrás de mí tratando de guiar mis movimientos.