27. Conquistaste un corazón

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Se volvió costumbre salir del trabajo con prisa porque deseaba llegar a la academia de baile de Momo para pasar un rato con ella, llevarle postres, comida, regalos como pulseras, collares o peluches, había de todo un poco y la forma de gastar nuestro tiempo juntas en aquel espacio era diversa... A veces simplemente nos sentábamos a comer lo que llevaba o platicar sobre lo que fuera, otras veces solo nos quedábamos en silencio y nos abrazábamos, nos mirábamos durante un tiempo prolongado, nos hacíamos cumplidos, nos besábamos, poníamos música, entre otras cosas.

Así fue durante dos semanas.

Solo yo iba a verla, pero ella recompensaba todo enviando almuerzos deliciosos a mi trabajo que no solían llevar notas, hasta que el tercero ya incluía una pequeña frase sobre una tarjeta que atesoré con mi corazón y guardé junto a las que siguieron, como si se tratara de lo más increíble del mundo, porque para mí, sí lo era.

Saludé con una sonrisa a Soobin y subí hasta la sala en la que Momo ensayaba normalmente, abrí la puerta con cuidado y la encontré ahí en el centro, haciendo estiramientos con los ojos cerrados, completamente relajada y concentrada.

Pero como era costumbre, fui hacia ella y la saludé con un efímero beso.

—Hola, mi amor.

Esta vez fue imposible detenerme a media palabra por lo cual llevé una mano a mi boca en cuanto me dí cuenta de lo que había dicho, pero no pareció desagradarle a Momo pues me sonrió con genuina alegría.

—Me encanta que me digas así.

—¿De verdad? —asintió y se levantó para ir a mi encuentro.

—Soy tu amor y tú eres el mío, por supuesto que me gusta que me digas así.

Y entonces me rodeó por la cintura con sus brazos, dejando sus manos flotando sobre mi espalda baja que acarició brevemente con la punta de sus dedos, provocando que pequeñas corrientes eléctricas viajaran por mi cuerpo.

Ese era otro detalle, después de la primera vez que nos besamos apasionadamente se repitió en más ocasiones y ambas nos atrevíamos a tocarnos o colocar nuestras manos en lugares que antes de eso no nos atrevíamos.
La tensión era evidente y ella se la pasaba provocándome, aunque yo también lo hacía y parecía que provocaba un efecto más alto en ella ya que obtenía las reacciones que deseaba justo en el momento y en muchas ocasiones admitió que la dejaba con ganas de más, pero si seguíamos así seguramente no podría contenerme con nada de lo que siguiera, y no quería que las cosas sucedieran de esa forma.

—Está bien, amor mío.

Sonrió y me dió un pequeño beso.

—Hoy tardaste en llegar, ¿Por qué?

—Había muchas dudas acerca del proyecto que te conté y tuve que responderlas todas —asintió—. ¿Me extrañabas?

—Siempre te extraño, Sana. Cuento las horas que faltan para verte y gracias al cielo no tengo que contar días o meses.

No había más que decir, así que envolví sus labios entre los míos con dulzura y ella avanzó hasta tenerme sobre la pared donde tomó mis manos y entrelazó sus dedos con los míos, adosando mis extremidades a los lados de mi cuerpo, dándole completo acceso a lo que quisiera de él.

—Mmm.... Momo —solté en un suspiro mientras se entretenía sobre la piel de mi cuello.

Moría por tocarla, pero ella no estaba dispuesta a soltarme.

—Nos van a ver, Momo.

Avisé debido a que faltaba poco para que su siguiente clase comenzara y Soobin entrara por aquella puerta para avisarle a Momo que los estudiantes habían llegado.
Él pensaba que éramos amigas, y prefería que se quedara de esa forma por el momento.

Go Back For Me | SamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora