4. Disculpas

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El tiempo corrió más rápido de lo que imaginaba, desperté en la alfombra gracias a la vibración del celular.

Me había quedado dormida.

Respondí y de inmediato la voz de Mina me recibió.

—¿Ya comiste?

—En realidad... Me quedé dormida, pero no te preocupes, en un momento voy por lo que me compraste.

—Eso espero, por favor, come —la preocupación en su voz era notoria.

Podía imaginar el rostro de Mina en ese momento de la llamada, y mi corazón se estrujó, más de lo que ya estaba, por Dios, ¿Cómo es que estoy así? ¿Por qué no puedo simplemente superarlo y ya? No era como si nuestro amor durara para siempre, éramos adolescentes, el amor de la adolescencia nunca es eterno, no vive para siempre, y tal vez, en ese tiempo entramos en la etapa donde amar era una elección, y una de nosotras decidió no hacerlo... Pero, ¿Por qué dolía tanto?

—Lo siento —dejé escapar aquella disculpa, sin pensarlo, simplemente buscó la manera de salir.

—¿Por qué? —cuestionó confundida.

—Por esto, lamento hacerte preocupar tanto sin una buena razón... Solo un corazón roto.

Escuché su pequeño suspiro a través de la llamada, seguro estaba tocando el puente de su nariz y cerrando los ojos con el teléfono en su oreja.

—Es una razón válida, tú no trates de disculparte por esto, me preocupo porque te quiero.

Las lágrimas se acumularon en mis ojos.

—Ahora olvídalo y come —Mina siempre lo sabe, me conoce tanto para interrumpir mi llanto— ¿Tienes planes mañana?

—Si, por la mañana —me dirigí al refrigerador y saqué la ensalada y gelatina— ¿Por qué?

—Solo preguntaba, ¿Qué harás?

Ahora tomé un tenedor, me senté en la barra de la cocina y coloqué el celular en altavoz.

—Hablaré con Dahyun, aprovecharemos para desayunar juntas —dije tomando un bocado de la ensalada.

—Genial, disfruta la salida, Sana.

—Lo haré, ¿Chae está contigo? —un bocado más de la ensalada.

Para ser de las que vienen en paquete refrigerado sabía bien.

—En su cuarto de pintura, amó lo que le traje, parece una niña pequeña probando todo —rió suavemente y podía escuchar su sonrisa en aquellas palabras.

—¿Estás sonriendo? —pregunté, aunque sabía la respuesta.

—Si... ¿Por qué preguntas?

—A través del teléfono puedo escuchar tu sonrisa, solo quería corroborarlo—Mina asintió con un monosílabo— ¿Te hace feliz?

—Como no tienes idea.

Casi nunca me tomaba el tiempo para hablar con Mina sobre cómo se sentía, y hasta ese momento entendí que tal vez no todo se trataba de mí y para ella sería lindo compartir su felicidad conmigo así como yo comparto mi tristeza...

—Me alegra mucho.

Agradeció y al fondo pude escuchar a Chaeyoung llamándola emocionada, seguro quería mostrarle algún dibujo o una pintura.

—Te dejo Minari, descansa y saluda a Chae de mi parte.

—Lo haré, termina de comer y mándame foto de los recipientes vacíos ¿Entendido?

Go Back For Me | SamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora