30. ¿Quién fue?

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El día empezó de lo mejor ya que después de una semana sin ver a Momo tenía en mi bandeja de entrada el mensaje que esperé desde hace mucho.

Y la verdad es que después de que la dejé en su casa ella me dijo a través de un mensaje que sería bueno que dejáramos de vernos unos días, pero esos días se terminaron convirtiendo en una semana, y ese mensaje me dió la libertad de preparar un pe...

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Y la verdad es que después de que la dejé en su casa ella me dijo a través de un mensaje que sería bueno que dejáramos de vernos unos días, pero esos días se terminaron convirtiendo en una semana, y ese mensaje me dió la libertad de preparar un pequeño detalle y llevarlo a la academia de baile a la cual me dirigí con una sonrisa al terminar mi trabajo.

—¡Señorita Sana!

Festejó Soobin al verme con una sonrisa deslumbrante, me acerqué a su lugar y cambié a
una sonrisa pequeña y gentil.

—Hola, Soobin.

—Dejó de venir un tiempo, extrañé verla entrar por esa puerta.

—Bueno, tal vez ya estoy de regreso, aunque no es seguro.

Le guiñé un ojo y en su rostro ya había un pequeño sonrojo, pero inmediatamente trató de cubrirse, mirando a otro lado.

—La señorita Hirai apenas terminó su clase, puede subir a verla —informó.

—Por supuesto, muchas gracias, nos vemos después.

Y así dejé al pequeño con un sonrojo para dirigirme a la sala de siempre para ver por fin a Momo. Mi corazón volvió a latir como siempre, acelerado y ansioso por ver al amor de mi vida así que cuando llegué tomé aire para calmar un poco mis nervios y ansias, toqué la puerta y abrí para que pudiera verme.

—¿Puedo pasar? —se giró a mí, me sonrió y terminó por darme su respuesta afirmativa, abriendo sus brazos para mí apenas me adentré a la sala.

Deje la pequeña bolsa sobre la silla de siempre y fuí directo a sus brazos, escondiéndome en su cuello, aspirando su delicioso aroma y llevando mis manos a su cintura.

—¡Auch! —exclamó ella, así que me separé temerosa.

—Perdón, ¿Te estreché demasiado fuerte? —asintió—. Lo siento, Momorin, no fue mi intención.

—Lo sé, está bien descuida —y volvió a atraerme a ella, así que regulé la fuerza de mis toques, volviendo a disfrutar del contacto. Ella llevó una mano a mi cabello y lo acarició por la parte posterior—. Te extrañé.

—También yo, mi amor.

Abandoné su cuello para admirarla un momento pero apenas lo hice sus labios ya habían atrapado a los míos suavemente, así que me dejé hacer, permitiendo que saboreara mis labios y yo los de ella.
Cuando el beso terminó pude ver bien su hermoso rostro y acariciarlo un poco, pero no esperé la pequeña mueca de dolor que dejó escapar, fue entonces que me dí cuenta del moretón sobre su mejilla que trató de cubrir con maquillaje... Y al separarme un poco la prenda de manga larga que llevaba se me hizo inusual. Fruncí el ceño y de inmediato tomé uno de sus brazos para tratar de levantar la manga pero no me dejó hacerlo pues su otra mano ya estaba sobre la mía deteniendo la acción.

Go Back For Me | SamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora