31. Si él te ve estamos en problemas

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Después del desayuno le agradecí por ello, recogí los platos y me encargué de lavarlos mientras ella salía a atender una llamada importante.

Coloqué todo en su lugar y admiré cómo entró por la puerta del jardín con un pequeño puchero, sequé mis manos, ella colocó su celular sobre la mesa y se acercó a mí.

—Sí debo ir a trabajar —informó.

Imité el puchero y bajé la mirada unos segundos antes de volver a verla.

—¿Es realmente necesario?

—Eso creo... Para que me llamen un sábado tal vez urge tener la primera sesión.

—¿De qué se trata ese trabajo?

—Bueno, yo debo mostrar la coreografía para la canción de un grupo kpop que me pidieron.

—Oh, ya veo.

—Lamento dejarte, realmente quería pasar un día contigo.

—¿Si? —cuestioné ilusionada.

Asintió en respuesta.

—¿Y podrías no ir el día de hoy?

Me acerqué un poco y enseguida enredó sus brazos sobre mi cintura, atrayendome hacia ella y rompiendo solo un poco su agarre con la mano derecha para arreglar mi cabello.

—Tal vez podría cambiar el día de la demostración.

—Hazlo, no vayas a trabajar, pasemos el día juntas —propuse.

Hizo el ademán de pensarlo durante unos segundos aunque ambas sabíamos que no tardaría en dar una respuesta.

—De acuerdo, hagámoslo.

La abracé y besé su mejilla.

—Eres la mejor —soltó una risita.

—¿Qué deberíamos hacer? Heechul llega a las seis, o probablemente antes.

Y eso significaba que solo teníamos siete horas si es que aquel hombre llegaba a las seis en punto, pero si no, eran menos.

No tenía idea de qué hacer, solo quería estar con ella, tenerla a mi lado aunque no dijéramos nada o hiciéramos algo especial, pero cuando miré el jardín y la piscina recordé que le tiene miedo al agua y que me contó que esperaba algún día perderle el miedo, así que ahí estaba mi respuesta.

—Te enseño a nadar.

Sus ojos se agradaron, como si no pudiera creer mi respuesta.

—Y-yo... No lo sé.

—Prometo cuidarte, de verdad.

Y de esa forma terminó aceptando así que festejé un poco, le dije que no había necesidad de usar trajes de baño si eso la hacía sentir cómoda y ella accedió de inmediato así que ambas estábamos solo con una playera grande y ropa interior.

Entré de un salto al agua y poco después me lamenté porque estaba demasiado fría y se sentía como si fuera a morir ahogada, pero sabía que estaba bien y eso no pasaría.

Despejé el agua de mi cara con un movimiento de mis manos sobre ésta y miré a Momo con una sonrisa, aunque ella estaba en la parte con menos agua del lugar, temerosa ante la idea de pasar a la alberca real.

Me dirigí hacia ella y salí del agua para tomar su mano y comenzar a avanzar.

—Sana, no... —dijo cuando admiró que el agua llegó a sus muslos, cubriéndolos completamente.

Su mirada era de terror total y estaba a punto de soltar mi mano para irse, pero se lo impedí.

—Mírame, Momo-yah —con temor lo hizo—. No pasa nada, estás conmigo, ¿Si? —asintió.

Go Back For Me | SamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora