15. Deja vu

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El tan anhelado martes había llegado, y estaba muy ansiosa por eso; tanto que el día de ayer trabajé más que de costumbre, sorprendiendo a mis padres que llegaron a mi oficina por la mañana para felicitarme y preguntar por qué el cambio de humor y productividad.
Les dije que no había nada nuevo o qué celebrar ya que estaba aburrida y el trabajo era la única forma de distraerme, ellos lo comprendieron y dijeron que así debía ser ya que el trabajo ahora tenía que ser una de mis más grandes prioridades... Bla bla bla.
Asentí y estuve de acuerdo a todo lo que dijeron solo para que me dejaran en paz y salieran de mi lugar de trabajo para seguir concentrándome y así terminar antes de tiempo debido a que tenía un compromiso por la tarde (casi noche) para ver a Momo y necesitaba ir a casa para arreglarme y esperar a esa hermosa chica ahí.

Me sorprendí cuando alguien llamó a la puerta, pedí que pasara y mi secretaria estaba ahí, tímida y escondiendo su cabeza entre sus hombros.

—Señorita Minatozaki, ya es la hora de la comida, ¿Puedo irm....?

—Claro claro —interrumpí—. Es más, ya puedes irte a casa.

Abrió los ojos con sorpresa y comenzó a negar.

—No creo que eso sea buena idea, sus padres...

—Yo no regresaré después de la hora de comida, así que puedes irte —volví a interrumpir, después de todo es mi secretaria no la de mis padres, así que antes de irme les avisaré que yo le dí permiso de irse.

Dió una gran reverencia y sonrió. Era la primera vez que veía esa expresión de su parte así que también le sonreí y pude notar cómo sus hombros dejaban de proteger su cabeza.

—Gracias señorita Minatozaki —una reverencia más.

—Un placer, ahora diviértete o descansa, buen trabajo por hoy.

—Igualmente, nos vemos mañana.

Asentí y salió de mi oficina contenta, tomando sus cosas y dirigiéndose a la salida justo como yo, con la diferencia de que yo iba a la oficina de mi padre para avisarle que me retiraba junto a mi secretaria. Cuando estuve frente a la puerta toqué cuidadosamente y esperé la autorización para entrar.

—Adelante.

Ahí estaba, la voz firme y autoritaria de mi padre. Abrí la puerta y me coloqué frente al escritorio para que pudiera verme. Cuando lo hizo enarcó una ceja.

—¿Qué haces aquí? Ya es hora de la comida.

—Vengo a avisarte que ya me voy, fue suficiente por hoy —asintió de acuerdo conmigo— también le dije a mi secretaria que podía irse, espero no haya ningún problema.

—No lo hay —asentí—. ¿Eso es todo?

—Sí, sólo era eso.

—Bien, puedes irte, mañana llega puntual —regresó su vista a lo que estaba haciendo.

Rodé los ojos y me dirigí a la salida.

—Está bien.

—¿Vas a despedirte de tu madre?

—No, tú dile que me fuí.

—De acuerdo, disfruta tu día, Sana.

Vaya que lo haría. No respondí y salí algo apresurada con dirección hacia mi auto, una vez ahí encendí la radio y dejé que sonara incluso en el departamento mientras me arreglaba para aquella salida. El clima parecía templado así que opté por llevar una falda junto a un suéter, el maquillaje de siempre y un peinado sencillo. No sabía a dónde iríamos pero estar con ella me bastaba.
Estaba colocándome un pasador cuando el teléfono de la casa empezó a sonar, caminé tranquilamente hacia él y el chico de la recepción habló de inmediato.

Go Back For Me | SamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora