🌹CAPITULO 26🥀

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Ok. Sasuke nunca se considero un chico paciente, y mucho menos ahora que esa chica apareció de un día para otro.

Naruto ya no pasaba tanto tiempo con el por esa mujer y algo que no le gustaba para nada a Sasuke es que lo dejen de lado, el entendía que era la mejor amiga del rubio y que no la había visto hace mucho tiempo. Pero le parece sumamente estupido que el rubio no se diera cuenta de como lo ve la joven de "ojos bonitos", era sumamente frustrante.

Su querido abuelo Madara tenía razón, no debió enamorarse del primer idiota que le dijera cosas bonitas y le prometiera tantas cosas que luego no cumpliría. Se sentía un completo imbecil.

Tampoco podía pasar tiempo con sus niños ya que los amigos del rubio se turnaban para cuidar de ellos o llevarlos a pasear por la playa, se sentía realmente solo en esa enorme casa de la playa o mejor dicho mansión de la isla.

Decidió quedarse en la habitación que compartía con el rubio y con los niños un rato más, de todos modos no era como si alguien lo estuviera esperando, así que podía incluso dormir un par de horas extra.

Bien si ese lindo omega azabache no hacia nada respecto a esos dos, entonces ella lo haría, no por nada se llamaba "Sakura la mejor cupido de la historia", bueno aunque en realidad nadie la llamaba así, pero era bonito soñar algunas veces.  

Ella se encargaría que la relación del bello omega y el idiota de Naruto no se arruinara por culpa de Hinata. Nunca le a caído bien, siempre pensó que era una joven llena de mentiras y doble cara, incluso sabía perfectamente que ella finja ser una joven frágil e inocente solo para tener la atención del alfa.

Por supuesto que sí las cosas no funcionaban entre ellos y aquel omega necesitaba un hombro donde llorar, ella se ofrecía como candidata para ello, bueno... solo si las cosas no funcionaban. Pero eso no sucedería no mientras ella estuviera ahí, ya tenía un plan y a los dos mejores cómplices del mundo.

Era momento de actuar, pero primero iría por algo de comer a la cocina que se moría de hambre, tanto pensar en su maravilloso plan la había cansado así que merecía descansar por al menos unos minutos.

—Sakura, ¿Has visto a Sasuke?— el alfa apareció de la nada asustando ala peli-rosa, aunque por supuesto que ella supo disimularlo muy bien.

—No, no lo e visto idiota— y era cierto, no lo había visto en ningún lado ahora que lo pensaba —apuesto a qué está en la habitación que comparte contigo.

—Es verdad no e revisado ahí todavía, ¡gracias Sakura nos vemos luego!— el rubio salió corriendo con dirección al dormitorio que compartía con el omega dejando completamente sola a la chica de ojos verdes.

—Ese idiota.

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°• . •°

Naruto entro a la habitación encontrándose con el azabache dormido sobre el suave y cómodo colchón que compartían por las noches cada que dormían.

Su corazón estaba un tanto inquieto al igual que su lobo al no haber visto al omega en ningún momento, se recostó a su lado y lo pego a su pecho escondiendo su cara en el cuello del azabache para poder oler su exquisito aroma.

Esparció un poco de su aroma por toda la habitación para que se mezclara con el del omega, a de admitir que estaba un poco celoso de su amiga de ojos verdes, se había vuelto muy cercana al azabache por su ausencia y no podía permitirlo, no podía perder al omega.

Sabía que tenía en parte la culpa por pasar más tiempo con Hinata que con el, pero tampoco podía rechazar lo que sus amigos le pedían que hiciera, esa era una de sus muchas debilidades y si, sabía que era un completo idiota.

Se apego más al omega y cerro los ojos disfrutando del momento, empezó a dormitar por unos minutos hasta por fin quedar completamente dormido a su lado.

El omega sonrió satisfecho por lograr su cometido, fue más fácil de lo que esperaba a decir verdad, pero ahora solo debía disfrutar del momento.

Esta era su oportunidad de marcar su territorio, a si que libero su aroma con el cual lleno al rubio para seguidamente dormiré junto a el con una sonrisa en su rostro.

El era el mejor y nadie podía negarlo, disfrutaría de su siesta por ahora, más tarde vería la reacción de aquella chica y de los demás amigos del alfa. Sí, era egoísta y no lo negaba, no le gustaba compartir nada incluyendo la atención del alfa.

No era su culpa, ni la de su madre al educarlo. Era culpa de su abuelo Madara, el se encargo de hacerlo un niño consentido y caprichoso con todo, el lo trataba como a un príncipe, claro sin mencionar que es su nieto preferido.































Continuará...

 mamá de el hijo de mi jefe {Narusasu / Omegaverce}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora