♪ Adam ♪
Sky estaba insoportable. No sé qué mosca le había picado. De un día para otro pasaba de ser la chica más dulce y tierna a la reina malvada de cuento de hadas. Nada más ver a Felicity, la apartó de su camino de un gran empujón que la tiró al suelo.
—¡Apártate de mi camino, duendecilla!
Estaba de muy mal humor, la única emoción que mostraba cuando estábamos en clase. Pero yo sabía que había algo más.
Aaron se interpuso en el camino de Sky y la rubia lo encaró con una mirada asesina que habría puesto los pelos de punta hasta al más valiente.
—¿Se puede saber qué es lo que te pasa, zorra?
Ella formó dos puños con las manos.
—Díselo a tu novia.
Miré a Felicity con curiosidad. ¿Qué había pasado entre ellas dos para que Sky estuviera tan cabreada?
—¡Yo no he hecho nada! —se defendió mi mejor amiga—. Solo les dije a mis padres que había llegado tarde y le han quitado el teléfono. Eso te pasa por saltarte las normas.
Sky chasqueó la lengua.
—¡Qué aburrida eres, hermanita! —escupió con todo su veneno.
Aaron se interpuso entre las dos chicas, de brazos cruzados. ¿Cómo podía odiar tanto a alguien con quien tuvo algo cercano a una relación? Sky y él no terminaron en muy buenos términos y él la acusaba a ella de decir puras mentiras sobre él. Aun así, había algo en él que no me terminaba de encajar.
—¿Puedes dejar de comportarte como una zorra? Le harías un favor a la humanidad.
La rubia señaló a Felicity.
—Ahora vas de la buena de la historia cuando en realidad eres de lo peor. Me sacas de quicio. No te soporto.
Me acuclillé para ayudar a Lizzie. No se me pasó por alto el breve halo de rabia y tristeza que le cruzó el rostro a Sky, como si con ello la estuviera traicionando. No entendía que cojones le pasaba.
—Siempre os ponéis de su lado porque sois sus amigos. No tenéis ni idea de cómo es.
—¿Quieres cerrar la puta boca? —le gritó el rubio. Se había cruzado de brazos, justo delante de nosotros dos. Ayudé a mi mejor amiga a que se pusiera en pie—. Nadie te quiere aquí. Estás sola.
Hice una mueca y ya no pude contenerme, no cuando todos estaban en su contra, cuando no tenía a nadie que la defendiera.
—No seas tan duro con ella, Aaron.
Él se volvió hacia mí, ojiplático.
—No me vengas con estas, tío. Se lo merece por ser tan perra.
Sky se cruzó de brazos.
—Sois todos iguales. ¿Por qué una tía que disfruta de sus libertades tiene que sufrir esta clase de insultos cuando a los tíos se les venera?
—Tú lo que eres es un mal bicho —le reprochó el novio de Felicity—. Estás tan ciega de rabia que no eres capaz de ver cuál es el mejor camino.
Con los labios juntos en una línea recta, esa rubita despampanante se volvió. Pero antes de irse por completo, masculló:
—Eso ya lo veremos.
Dejé de prestarles atención. Noté que mi mejor amiga se había puesto a llorar en silencio, fruto de la discusión. Me la llevé lejos de ahí, junto al aula que nos tocaba a primera hora. Le toqué las mejillas.
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Más de mil razones para odiarte (Más de mil razones I)
Teen Fiction¿Alguna vez te has preguntado por qué la antagonista de los libros es tan mala? Todo el mundo conoce a Sky. Rica, guapa y terriblemente malvada. Siempre consigue lo que quiere, cueste lo que cueste, aunque con ello lastime a otras personas. Adam es...