Capítulo 42

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♪ Adam

El cambio radical de Sky causó un gran revuelo en el instituto. De entrada, que fuera con Felicity y conmigo ya llamó bastante la atención; más cuando vieron sus dedos entrelazados en los míos. Sin embargo, los cuchicheos, los murmullos y las miraditas indiscretas aumentaron cuando ella tomó la iniciativa: se puso de puntillas y me dio un ligero beso cariñoso en los labios.

Solté una carcajada con los brazos rodeándola contra mi cuerpo.

—¿Quién eres tú y que has hecho con mi Sky?

Me dio un golpecito en el hombro, riéndose al mismo tiempo.

—Idiota.

Le tiré un beso.

—Te encanto igual.

—Puede. —Se mordió el labio inferior en un intento de ocultar una sonrisita. Le hice cosquillas hasta que acabó diciendo—: Está bien. Tú ganas. Me vuelves loca.

Le di un beso en la punta de la nariz.

—Pues anda que tú a mí...

Mel y Alexia llegaron en seguida. Las vi cuchichear entre ellas mientras se acercaban, pero, al ver la escena, a nosotros dos tomados de las manos y a una Felicity risueña, se les borró la sonrisa de la cara. Melany señaló a la rubia con un dedo.

—¿Qué se supone que hace ella aquí?

Recé para que Sky no se escondiera de nuevo, pero, como ya era habitual, no dejó de sorprenderme. Se acercó a ellas dos con esa sonrisa deslumbrante que tan enamorado me tenía y las tomó del brazo.

—Hola, chicas. Siento haber sido una zorra con vosotras. En realidad me caéis muy bien. Sois muy divertidas.

Mel me lanzó una mirada de auxilio.

—¿Qué le pasa? —preguntó Alexia.

Me acerqué a ellas a paso rápido antes de que todo se saliera de madre y rodeé a Sky por la espalda para dejar todas las cartas sobre la mesa.

—Os presento a la nueva Sky. —Le di un pellizco en las mejillas—. No os dejéis engañar por esta carita angelical, a veces sigue siendo la misma gruñona de siempre, aunque ya ladra menos.

—¡Oye! No seas malo.

Ambas se miraron sorprendidas.

—¿En serio ha cambiado?

Felicity se nos unió.

—Aunque os cueste verlo, sí, ha cambiado. Hemos decidido llevarnos bien y lo cierto es que es una tía muy guay. Os va a encantar conocerla mejor. Es más, esta tarde vamos a hacer una fiesta de pijamas solo para chicas. Me va a contar todos los secretos de Skam.

Mi luciérnaga torció los labios.

—Dios, menudo nombre más feo. ¿No tienes nada mejor?

Lizzie chasqueó la lengua.

—Perdona que todos los nombres que puedo formar sean horribles. No es mi culpa que los vuestros sean incompatibles.

Sky masculló unas palabras ininteligibles por lo bajo. Me reí.

—¿Veis? Es adorable cuando se lo propone.

Ambas estaban sorprendidísimas.

—¿Skam? ¿Cómo que Skam? —preguntó la pelirroja.

Apreté a Sky más fuerte contra mí.

—Sky y yo llevamos saliendo desde las vacaciones de primavera. No queríamos contárselo a nadie porque estábamos en bandos opuestos y todo eso. Menos mal que mi luciérnaga ha decidido que ya es hora de que gritemos nuestro amor a los cuatro vientos, porque yo ya no podía aguantar más tiempo escondiéndolo.

Más de mil razones para odiarte (Más de mil razones I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora