Estancada
GIA
Por largos años sentí que me faltaba algo. Fue a los quince cuando me di cuenta de que en realidad me faltaba todo (o casi todo). A esa edad me enteré de que tenía una hermana mayor que vivía al otro lado del mundo. A partir de entonces, y aunque no tenía de ella más que una foto vieja como prueba, comencé a sentirme menos vacía. Mi vida pareció completarse a pesar de que seguí viviendo con miles de restricciones como antes.
Habiendo pasado cinco años desde que supe toda la verdad sobre mi familia, las interrogantes que creí resueltas han vuelto a aparecer. Sin Ava ni Roman cerca para que me den respuestas, he pasado los últimos días carcomiéndome por dentro mientras finjo leer.
Terminé «1984» la misma noche que Ava y Taehyung nos visitaron, y luego comencé «Crimen y castigo». Ya han pasado siete días y todavía no termino este último. Podría excusarme con que es largo, el más largo que he leído en mi vida, y también muy complejo y sombrío. Pero ¿la verdad? Jamás me costó tanto concentrarme y esto no tiene solo que ver con el libro.
Si bien el trato con Nam ha mejorado y hablamos bastante en los ratos que compartimos mientras comemos, hay cosas de las que no puedo hablar con él porque se sienten demasiado íntimas. Él solo quiere hablar de libros; estos han sido su tema de conversación últimamente. Ahora no solo sabe lo que pienso de todos los que he leído desde que llegué aquí, sino también del que estoy "leyendo". Él se interesa por mi progreso en la lectura cada día, así yo haya leído diez míseras páginas entre un día y otro.
También me da su opinión sobre estos y esa es la parte que más me gusta y que, milagrosamente, logra distraerme. Oírlo hablar hace que, por breves momentos, olvide todas mis inquietudes acerca de mi dudoso pasado e impredecible futuro.
Mientras converso con Nam, al menos el presente es cálido y seguro. Creo que, de hecho, esto es lo único que me mantiene fuerte a estas alturas. Su profundidad al expresarse y su sutil sentido del humor, que solo surge en determinadas ocasiones, me han ayudado a contener el llanto, porque... sí, quiero llorar a veces, y quedarme en la cama todo el día mientras pretendo que sigo en mi antigua casa, en el dormitorio que habité por años y que fue mi refugio en los momentos más difíciles.
Contrario a lo que debería, extraño mi vida anterior. Aunque las cosas aquí comienzan a parecerme cada vez más familiares, y Namjoon no me ha hecho faltar nada, una parte de mí desea volver a lo conocido. Al menos con los Forte sabía qué me deparaba el destino.
—Quizá deberías cambiar de libro.
Levanto la mirada en cuanto lo oigo. Sentado frente a mí, al otro lado de la mesa, Nam me brinda una sonrisa comprensiva. Él ha terminado de comer, lo que solo puede significar una cosa: llevo mucho tiempo pegada a la misma página de la novela.
—Cuando me bloqueo con alguna lectura, cambio de libro para recobrar la motivación. Suele funcionar —acota en tono distendido, pero mirándome con atención.
Si Nam se ha dado cuenta de que llevo varios días con el mismo libro es probable que también se haya percatado de que este no es mi género preferido, y de que leer en otro idioma me cuesta bastante. No solo estoy estancada en pensamientos sobre mi vida, sino también en mi nivel de inglés.
—Lo haré —digo mordiéndome el labio con inquietud—. Gracias.
Cuando me da un asentimiento, mi estómago se encoge y bajo la cabeza. Y es que nunca sé cómo seguir las conversaciones con él. Hay algo en su mirada que me intimida. No es por cómo me mira, sino por cómo no me mira a mí. Él parece ver a otra Gia, a la que suelo esconder, a la menos efusiva, a la que no es tan feliz como trata de aparentar.
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ÁMSTERDAM | Namjoon
FanficTercer libro de la serie Sangre, sudor y lágrimas. "―Tengo el presentimiento de que me gustará. ¿Por qué no avanzas? ―Porque también tengo un presentimiento. ―¿De qué? ―De que una vez dentro de ti no querré salirme. ―¿Y eso es malo? ―Podría serlo."