ÁMSTERDAM | Namjoon

Capítulo 44

Salida de emergencia

NAMJOON

He tenido que tomar decisiones importantes a lo largo de mi vida, decisiones que han cambiado por completo el rumbo de esta, pero jamás de manera tan apresurada. Me gusta pensar y meditar mis opciones antes de tomar una decisión. Suelo tener el tiempo para ello. Ayer no lo tuve, y eso hizo que, entre dos opciones que no me gustaban, tuviera que inclinarme por la menos angustiante.

Sé que Gia está en peligro en cualquier lugar, conmigo o sin mí, pero dejarla en Ámsterdam no solo me habría afectado a nivel mental sino también emocional. Y por eso es que, llevándole la contra a mi lado racional, le pedí que me acompañara.

No es lo mismo saber que está en Florencia, acompañada por Seokjin, que sola a tantos kilómetros de distancia.

No soy una persona que confíe rápido, pero me forcé a hacerlo. En el viaje de Países Bajos a Italia, me convencí de que Seokjin era de confiar. Si Hyesoo y Daegu confiaron en él meses atrás, por algo fue.

Ahora, mientras me alejo de Florencia para encontrarme con Roman en la capital de Italia, también trato de convencerme de que Nicol es confiable. Seokjin me aseguró que lo era cuando hablé con él a solas, pero ¿cómo puedo estar seguro?

El hecho de que ella esté ayudándole a vigilar a Trevor debería calmarme. Sin embargo, eso solo deja en evidencia que Trevor sigue libre, y me desespera que ahora Gia esté cerca de él.

Joder. ¿Qué hice? No debí dejarla allí.

Miro por la ventana del tren y luego la pantalla de mi móvil. Falta media hora para que el tren se detenga en mi destino.

¿Es tarde para regresar?

Joder. No, no es tarde, pero tampoco volver. Primero debo encontrarme con Roman, averiguar qué es lo que su tío quiere a cambio del cetro de jade, y darle la información a Yitian. De no hacerlo, Gia podría correr más peligro. Trevor, después de todo, no es amenaza comparado a Zhang Wei.

Mis puños se aprietan mientras dejo vagar mi vista en los paisajes fuera del tren.

Siento que las cosas empiezan a escapárseme de las manos. Dependo de otros para mantener a Gia segura. No debería ser así. No quiero que sea así.

Maldita sea. Necesito sacarla de la línea de fuego. Ella no es la meta. Gia no tendría que estar expuesta.

Vuelvo a mirar la hora en mi móvil y suspiro. El tiempo pasa demasiado lento y mi mente, que va demasiado rápido, insiste con preocuparse en vez de ocuparse.

Desde ayer, cada decisión que he tomado parece haber sido arrancada de mí.

Por suerte, este corto viaje me ha ayudado a dejar una cosa en claro: quiero a Gia fuera de esto. Y haré lo que sea para lograrlo.

...

Choi Minho era metódico, y había reglas estrictas que no podíamos saltarnos; para llevar a cabo un secuestro, él insistía con ser precavido. Una de las primeras cosas que debíamos hacer, antes de privar de la libertad a alguien, era asegurarnos de tener una «salida de emergencia».

—Anticiparnos a futuros problemas nos dará mayor margen de éxito —recuerdo haberlo oído decir una vez.

No solo nos preparábamos para la acción planeada, sino que nos anticipábamos a posibles escenarios.

Ahora, sentado frente a Roman en el lobby de un lujoso hotel de la ciudad, siento que le he fallado a Minho. La reunión no está saliendo como pensé. Roman ha venido en nombre de su tío, por ende con decisiones firmes. No me anticipé a ningún escenario negativo. No preví esta falta de flexibilidad de su parte.