ÁMSTERDAM | Namjoon

Capítulo 18

Solo una vez

NAMJOON

Ya no siento culpa ni remordimiento. Ahora, cada vez que estoy cerca de Gia, soy gobernado únicamente por una necesidad imperiosa de tocarla. Y lo haría si no fuera porque ella está durmiendo.

Maldición. Me gusta. Toda ella.

Observarla mientras duerme ya no me hace sentir culpable sino que me relaja y provoca en mí un deseo que todavía me cuesta asimilar.

Sonrío y desvío la mirada al techo.

No me he relacionado con muchas mujeres en mi vida, pero sé que aun si lo hiciera ninguna podría hacerme sentir de esta manera.

Gia despierta en mí sensaciones que nunca antes experimenté; sé que son buenas, y que probablemente estas solo se intensifiquen con el paso de los días, y aun así trato de contenerme cuando está cerca.

Maldita sea. No soy insensible. Aunque no lo he vivido en carne propia, creo en el amor y en que puede haber algo más allá de una unión física entre dos personas, pero no quiero apresurarme y estropear esta reciente conexión con Gia. Por esto, debo ser cuidadoso.

Pero ¡joder! Es preciosa. Lo es desde su cabello negro y largo acariciándole las mejillas hasta sus pestañas curvadas y sus labios rosados entreabiertos, soplando las hebras de cabello con cada respiración.

Si solo me atrajera su apariencia estaría tranquilo, porque nunca tuve problemas para controlar mis instintos bajos, pero también me atrae su personalidad dulce y vibrante, tan inocente que a veces solo quiero protegerla de todo, incluso de mí.

Estaría alejándola de mí en estos momentos si no fuera porque, las veces que estuvimos distanciados, todo lo hice fue quererla más. Sé cómo funciona la mente, la mía en específico, y no quiero llevarme al límite.

Si voy lento con Gia será más sencillo. De aquí a que Chiara tenga los papeles del divorcio, tengo un mes para seguir conociéndola. Luego podré seguir haciéndolo en Ámsterdam, donde ella tendrá la oportunidad de experimentar su libertad como nunca antes, y entonces podrá tomar una decisión respecto a mí. Ella tendrá opciones.

Al darme cuenta de que mi mente se ha adelantado demasiado en el tiempo, suelto un suspiro y decido levantarme.

Media hora después, tras una rápida ducha, me encuentro en la cocina. Por la hora que es sé que Gia no tardará en levantarse, así que decido esperarla para desayunar mientras miro los papeles que trajo Chiara anoche.

Luego de que se despidiera de Gia, la acompañé al pasillo y allí me contó que estuvo con Ava en Weakland, pero no me dio más detalles sobre el encuentro.

—Ya sabes cómo es. Siempre va al punto —me dijo con una sonrisa y un ligero revoleo de ojos.

Le creí. Conociendo a Hyesoo, apenas debió dirigirle algunas palabras. No importa cuántas veces hayamos recurrido a Chiara y esta haya tratado de entablar una conversación, Hyesoo siempre ha sido escueta en su presencia. De hecho, ni siquiera le ha permitido saber nuestros verdaderos nombres.

Puesto que la conocimos después de que Hyesoo tomara el puesto de jefa, Chiara nos conoce como Ava, Daegu y RM. Si bien mi relación con Chiara es más cercana, porque sí me he permitido conocerla las veces que hemos coincidido, mi identidad jamás ha sido tema de conversación. Y creo que nunca lo será. Solo contamos con ella en situaciones específicas; esta es nuestra forma de trabajar y, calculo, también la de ella.

Estoy ensimismado leyendo una copia de los papeles del divorcio que nos dejó cuando, finalmente, oigo los pasos de Gia.

Dejo de leer y alzo la mirada. Mi garganta se cierra.