Kyungsoo

397 44 2
                                    

Por primera vez en mucho tiempo, no
estoy enfadado con Luhan por convencerme para salir por ahí en mi cumpleaños. Quería evitar a toda costa los gritos y felicitaciones, quedándome tranquilamente en la residencia, pero me colgó a Jason Statham delante de mi nariz  como si fuese una zanahoria.

Hemos sido amigos el tiempo suficiente
como para que Luhan conozca todas mis debilidades… Y él las explota a toda costa. Pero ahora le debo una de las grandes por usar a Statham como chantaje esta noche, ya que de lo contrario, no estaría sentado junto a JongIn en este momento.

Dicho esto, aún no estoy seguro de lo que siento por él. La primera impresión, cuando salió pitando de mi dormitorio la primera noche, no fue la mejor que se diga. Pero no puedo negar que la segunda impresión fue un éxito orgásmico. Así que supongo que en estemomento tiene una equis en ambas columnas, en la de los pros Y en la de
los contras.

Ponle DOS equis en la parte de los pros… Porque a mitad de la película, me besa.
No es un besito. No es un roce de sus labios. Es un beso sexy, con su lengua enredándose en la mía, un beso que hace que mi corazón lata más fuerte y alto que las ensordecedoras explosiones que salen de la pantalla.

Me pierdo en su beso, en ÉL, en el hábil movimiento de su lengua y en la calidez de su mano que abraza el costado de mi cuello. Solo cuando oigo las risitas de los chicos sentados junto a nosotros me acuerdo de dónde estamos. Con pudor me separo, y la mirada de JongIn, con sus párpados medio caídos, se concentra en mi boca, húmeda e hinchada por sus besos. Se inclina más cerca.

—En una escala del 1 al 10, ¿cuánto te importaría perderte un par de minutos de la película? Medito la respuesta.

—¿Dos?.

—Dios, gracias. Tira de mí para ponerme de pie. Como estamos en el pasillo, no tenemos que pedirle paso a nadie, evitándonos a nosotros mismos y a los que nos rodean esa horrible interrupción «disculpa, lo siento mucho» que los aficionados al cine tanto detestan.

Sin soltarnos las manos, bajamos de puntillas por las escaleras. Veo las cabezas de Suho y Luhan cerca de la primera fila, pero ninguno de los dos se da cuenta de
nuestra escapada.

—¿A dónde vamos? —le susurro. Todo lo que consigo como respuesta es una sonrisa pícara. Me lleva por el pasillo oscuro hacia las puertas de la sala, pero en lugar de atravesarlas, tuerce a la izquierda y gira la manivela de una puerta que ni siquiera sabía que estaba allí.

Estamos dentro de un armario. Está
absolutamente oscuro y huele a productos de limpieza, pero de repente el cuerpo de JongIn se aprieta contra el mío y todo lo que huelo es a ÉL. Jadeo cuando su boca cubre la mía, porque no he podido ver que se acercaba con un beso. En realidad, no puedo ver nada de nada. Pero lo que sí puedo hacer es SENTIR.

Los duros músculos del pecho de JongIn tensan la camisa de manga larga que lleva puesta. El seductor juego.de persuasión de su lengua, que se desliza entre mis labios entreabiertos y llena mi boca.

Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y le devuelvo el beso con ansia. Un segundo después, me apoya contra la pared, y empuja un musculoso muslo entre mis piernas. El contacto inesperado desencadena una sacudida instantánea de excitación, que sube en espiral por mis entrañas.

Me besa como si nada le bastara, chupando mi lengua como si estuviera hecha de caramelo. Después me coge el culo con la mano y tira de mí, juntandolas partes inferiores de nuestroscuerpos.

—Ojalá pudiera follarte aquí mismo—dice como un gruñido contra mi cuello antes de hundir los dientes en él, provocando una punzada de dolor que de inmediato alivia con la lengua.

No me había dado cuenta de que mi
cuello tenía tantas terminaciones nerviosas sensibles. Estoy ardiendo, siento pinchazos en cada centímetro de piel; un hormigueo cada vez que sus labios recorren mi carne febril.

Mi pene se hincha, DUELE, y la tensión que hay entre mis piernas crece y crece, hasta que sin ningún pudor me froto contra su muslo en un intento desesperado de aliviar el dolor.

Nunca hasta ahora me había enrollado con
nadie en público, y la idea de que cualquiera pueda entrar y pillarnos ahora mismo es tan emocionante que mis caderas se mueven más rápido,anhelando más fricción.

—Sí, cariño, sigue haciendo eso — murmura—. Frota tu pene contra el mio… Oh. Dios.
Que me digan guarradas es algo…diferente para mí. Y emocionante. Y estoy tan excitado que ya no puedo tener pensamientos coherentes.

Recorre a besos el camino que le devuelve a mi boca, hundiendo su lengua profundamente, imitando los movimientos de sus caderas. Si alguien me hubiera dicho hace una semana que Kim JongIn iba a estar frotándose contra mí en el armario de una sala de cine,me habría partido de risa.

Pero aquí estamos, y es absolutamente
INCREÍBLE. Mi pene late cada vez que la costura de su cremallera lo presiona y, o estoy malinterpretando por completo el hormigueo salvaje que siento ahí abajo o…, creo que podría correrme así.

Completamente vestido, sin ningún contacto además de su muslo frotando mi… Oh Dios, sí, estoy a punto de tener un orgasmo. Un ruido desesperado se apresura a salir de mi boca, pero es inmediatamente absorbido por otro beso abrasador de JongIn, cuyas caderas se mueven con más fuerza, más rápido, hasta que el nudo de placer explota en una oleada de pura felicidad que me atraviesa y salpica mis boxers, provocando un zumbido en los dedos de mis manos y curvando los de mis pies.

La cabeza de JongIn cae en el hueco de mi cuello y deja escapar un gruñido grave. Respira con fuerza contra mi piel mientras todo su cuerpo tiembla.

—JODER. Eso ha sido supersexy —
dice a los pocos segundos. Envuelve sus brazos alrededor de mi cuello, sujetándome con fuerza contra su durísimo pecho mientras ambos nos recuperamos; los dos respiramos con dificultad y nuestros latidos golpean al unísono.

Pasa un minuto antes de que me suelte y dé un paso hacia atrás. Mis ojos se han adaptado a la oscuridad y alcanzo a ver cómo coge una pila de servilletas de papel de una estantería. Introduce una mano dentro de sus y mis  pantalones y después hace una pelota con la servilleta y la tira a la papelera que hay junto a la puerta.

Regresa a mi lado y con voz ronca lleva su boca a mi oreja y dice:—Feliz cumpleaños.
Me echo a reír. No tengo ni idea de por qué, pero este rollo tan surrealista que acabamos de tener me tiene temblando de diversión, lo que le provoca una carcajada profunda.

—Gracias —le respondo entre risas. Sus labios rozan los míos por un momento fugaz, y entonces coge mi mano y me lleva a la puerta. Se detiene frente a ella,  inclinándose caballerosamente antes de mantenerla abierta para mí.

—Después de ti, precioso.

Ay, ay, ay. Esas cuatro palabras hacen
que mi corazón pase de estado sólido a
líquido. Lo siento como una especie de
papilla caliente y pegajosa en mi pecho.
Bueno, al menos he descubierto lo que siento por él.

Creo que me podría molar este chico.
MOGOLLÓN.

Esos intensos metiéndose mano en el cine.

Este capítulo va dedicado a soosislife haré lo posible por subir dos cap por día jejeje.

Gracias por leer y sus estrellitas.

Nos leemos mañana.

💋

Tu y yo (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora