Hastings tiene varios restaurantes buenos, pero si lo que buscas es elegancia, Ferro es tu local. El restaurante italiano es precioso: paredes con friso de roble oscuro, mesas separadas con banco corrido de piel, manteles de lino de color rojo sangre.
Y velas. Montones y montones de velas. Hay que reservar al menos con una semana de antelación, pero JongIn, no se cómo, ha conseguido mesa en menos de veinticuatro horas.
Cuando me dijo a dónde íbamos, pensé que tal vez había hecho la reserva la semana pasada esperando completar todos los elementos de mi lista, pero en el camino en coche hacia el restaurante ha admitido que ha tenido que pedir un favor para conseguir mesa.
¿He mencionado que se ha puesto traje? Le queda ESPECTACULAR. La chaqueta negra brillante se estira en sus amplios hombros, y ha decidido no ponerse corbata, así que puedo disfrutar de la deliciosa visión de su fuerte garganta asomando por su camisa blanca desabrochada.
El camarero nos lleva a nuestra mesa y JongIn espera de pie hasta que me he
sentado en el banco. A continuación, se
sienta junto a mí.—¿Nos sentamos en el mismo lado de
la mesa? —digo—. Eso es… — ÍNTIMO. Sentarse así está reservado para las parejas superenamoradas que no pueden dejar de sobarse todo el rato. JongIn extiende casualmente su largo brazo por la parte posterior del banco y sus dedos descansan en mi hombo. Me acaricia con suavidad. Jugueteando.—¿Está b… ?—empieza a preguntar con cautela.
—Perfectamente bien por mí — El camarero nos lleva a nuestra mesa y JongIn espera de pie hasta que me he sentado en el banco. A continuación, se sienta junto a mí.
—¿Nos sentamos en el mismo lado de la mesa? —digo—. Eso es… — ÍNTIMO. Sentarse así está reservado para las parejas superenamoradas que no pueden dejar de sobarse todo el rato.
JongIn extiende casualmente su largo brazo por la parte posterior del banco y sus dedos descansan en mi hombro desnudo. Me acaricia con suavidad. Jugueteando.
—¿Está b… ?—empieza a preguntar con cautela.
—Perfectamente bien por mí — termino la frase y le lanzo una sonrisa de complicidad.
Su muslo presiona contra el mío, un pedazo de músculo duro que muestra lo fuerte que está. Mi traje de color azul y mi camisa blanca que eh dejado un poco abierta de los botones se abre un poco pero aunque hace frio yo no lo tengo. Es más, todo lo contrario.Su cercanía y el calor de su cuerpo suben mi temperatura.
—¿Puedo preguntarte algo? —dice después de que el camarero nos haya recitado los platos fuera de carta y nos haya servido dos vasos de agua con gas.
—Claro. —Tuerzo mi cuerpo para poder ñ mirarnos a los ojos. Esta historia de compartir banco no se pensó para el contacto visual.
—¿Cómo es que no me preguntas nada de hockey? —Me quedo perplejo, lo que ñ obviamente lo malinterpreta como incomodidad, ya que se apresura casi a disculparse—. No es que me importe.
En realidad es hasta alentador. La mayoría de las chicas y donceles me preguntan
única y exclusivamente cosas de hockey,
como si pensaran que es el único tema
del que soy capaz de hablar. Es solo que
resulta extraño que no hayas sacado nunca el tema, ni una sola vez.Cojo mi vaso de agua y le doy un trago muy, muy largo. No es la táctica dilatoria más inteligente, pero es la única que se me ocurre. Sabía que esto llegaría en algún momento, y en todo caso me sorprende que no haya sido antes. No obstante, no estaba impaciente por que llegara, la verdad.
—Bueno. Eh… La cuestión es que…
—Cojo aire y después continúo a la velocidad de un rayo—. Nomemolamuchoelhockey. Una arruga aparece en su frente.
ESTÁS LEYENDO
Tu y yo (Kaisoo)
Historia CortaSaga de Enamorarse no es una opción, JongIn un Playboy que encuentra lo que no estaba buscando y por idiota lo pierde, ahora hará lo que sea por recuperarlo.