Kim JongIn

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Tres días antes de nuestro primer partido, el equipo finalmente parece encajar. Es como si alguien le hubiera dado al interruptor que va de «ay, Dios, somos un puto desastre» a «igual hasta tenemos alguna posibilidad». No creo que estemos aun al cien por cien, pero esta semana hemos avanzado bastante y el entrenador ya no nos grita tantas veces, así que… estamos progresando.

Dado que estamos a tope con los exámenes, Kyungsoo y yo no nos hemos visto en unos días, pero hoy vamos a tomarnos un descanso de estudiar para cenar con su padre. Como yo tenía entrenamiento, ha cogido un taxi a Hastings con Luhan, quién también ha decidido visitar a sus padres.

No sé si me sienta del todo bien que estén retomando su amistad, pero Kyungsoo insiste que no va a permitir que la amistad con Luhan sea demasiado estrecha, y supongo que tengo que aceptar lo que dice.

Además, después de la casi violación del viernes, siento más simpatía hacia Luhan. Por no hablar de que siento muchísima más rabia hacia los tíos del Saint Anthony. ¿He mencionado que nos enfrentaremos a ellos en el primer partido de temporada? Al entrenador no le va gustar un pelo, pero estoy prácticamente convencido de que esa noche pasaré un buen rato en el banquillo de los expulsados.

Miro mi teléfono mientras abandono el estadio. Hay un mensaje de Kyungsoo  diciendo que ha llegado bien a casa de su padre. Y un mensaje de Woobin diciéndome que le llame CUANTO ANTES. Mierda.

Woobin normalmente no pone «cuanto antes» y menos en mayúsculas, a no ser que sea algo serio, así que le devuelvo la llamada de inmediato. Tarda cinco tonos en contestar, y cuando lo hace parece nervioso.

—¿Dónde coño has estado la última hora? —pregunta.

—Entrenando. El entrenador no nos deja llevar los teléfonos al hielo. ¿Qué pasa?

—Necesito que vayas a ver cómo está papá.

—¿Por qué? —pregunto con inquietud.

—Porque estoy en el hospital con Kylie y no puedo hacerlo yo, hostias.

—¿En el hospital? ¿Qué ha pasado? ¿Está bien?

—Se ha cortado la mano haciendo la cena.

—Woobin parece aterrado—. La médico de urgencias ha dicho que no es tan malo como parece… Solo va a necesitar unos  puntos, pero Dios, nunca había visto tanta sangre antes, Jong. La acaban de meter dentro, así que estoy aquí en la sala de espera, yendo de un lado para otro volviéndome loco.

—Se va a poner bien —le aseguro—. Confía en lo que te dicen los médicos, ¿vale?

—Pero yo sé que Woobin no se quedará tranquilo hasta que él y Kylie no hayan salido de la sala de urgencias. Ellos dos han estado locamente enamorados desde que tenían quince años.

—¿Qué tiene esto que ver con papá?
—preguntó.

—Estaba en casa de Kylie y le he llamado  para decirle que nos íbamos a urgencias. Arrastraba las palabras y farfullaba y no sé, ha podido caerse.

No he podido entender ni una puta palabra de lo que estaba diciendo, y Jong, ¡yo soy solo una persona, hostias! No puedo encargarme de dos emergencias a la vez ¿vale? Así que, por favor, vete a casa y asegúrate de que papá está bien.

La reticencia se apelotona en mi garganta como si fuese un chicle. Dios santo. No quiero ir a casa. Para nada. Pero ni de casualidad voy a empezar a pelear con Woobin, no ahora, con el estado de pánico en el que está por lo de su.novia en el hospital.

—Yo me encargo —digo con voz firme.

—Gracias. —Woobin cuelga sin decir nada más.

Respirando de forma entrecortada, le escribo un mensaje a Kyungsoo para que sepa que es posible que llegue tarde a la cena; después voy hacia el aparcamiento. Repiqueteo mis dedos en el volante durante todo el trayecto hacia Munsen.

Tu y yo (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora