Nada más terminar mi examen semestral de Psicopatología, salgo corriendo del auditorio como si estuviera intentando escapar de un incendio forestal.Mi padre no es del tipo de persona que reacciona de forma exagerada o se regodea en el melodrama.
Es una persona sensata al máximo e irritantemente honesto. Pero tiene la exasperante tendencia a quitarle importancia a las crisis en lugar de admitir que la mierda ha llegado al punto en el que salpica. Así que cuando me llamó esta mañana para sugerirme, como el que no quiere la cosa, que me asegurara de que mi novio estaba bien, supe inmediatamente que algo andaba mal.
A decir verdad, lo sé desde antes de la llamada de teléfono. El mensaje de disculpas que JongIn me envió anoche fue lo que desencadenó mi preocupación, pero cuando le presioné para que me contara más cosas, él insistió en que todo iba bien y me dijo que simplemente tuvo que quedarse con su padre más tiempo de lo que había pensado en un principio.
También insistió en que sentía muchísimo no haber podido llegar a cenar, ni haberme
llevado de vuelta al campus. Me fui a la cama incapaz de combatir la persistente sospecha de que algo malo había pasado, y ahora, con la llamada de atención sutil de mi padre, mis sospechas se confirman.Precisamente por eso decido ir en taxi a casa de JongIn en vez de caminando o en
autobús. Quiero verle cuanto antes, antes
de que la devastadora preocupación que
siento empiece a dibujar las peores situaciones hipotéticas en mi cabeza.Mientras me siento en la parte de atrás del taxi, saco mi teléfono y le envío un mensaje.
Yo: Estoy d camino a tu casa.Pasa casi un minuto antes de que responda con: No sé si es una buena idea, peque. Estoy d un humor d perros.
Yo: Bueno. Así te animo.
El: No sé si podrás.
Yo: Lo intento. Guardo mi móvil y me muerdo el labio, impaciente por descubrir qué le pasa. Es evidente que está relacionado con la visita a su casa de ayer.
Pero,¿qué coño pasó ahí? Una explosión de enfado se detona dentro de mí. Se me está agotando la compasión por el padre de JongIn. Es una realidad, y me está haciendo cuestionarme si acabaré siendo un buena terapeuta o no. Vale que no aspiro a especializarme en temas de adicción, pero, ¿qué dice de mí el que sea incapaz de sentir compasión por el padre alcohólico de JongIn?
Joder, ¿y este es el momento para cuestionarme mi carrera profesional? Solo estoy preparado para afrontar las crisis de una en una. El taxista tiene que parar en la acera porque el camino de entrada de la casa de JongIn está lleno.
La pick-up de JongIn y el Jeep de Chen están uno junto al otro; el coche deportivo de Suho y el Toyota prestado de Minseok
están detrás. Cuando llamo al timbre, no es JongIn el que me abre la puerta, sino Lay. Una línea de pesar le cruza la frente cuando cierra la puerta detrás de mí.—¿Os habéis peleado o algo? —me pregunta en voz baja.
—No. —De repente siento frío—. ¿Ha dicho él eso?
—No, pero lleva toda la mañana superborde e inaguantable. Suho ha pensado que quizá os habríais peleado.
—No, ninguna pelea —digo con firmeza. A continuación un pensamiento inquietante se pasa por mi cabeza—. ¿Ha estado bebiendo?
—¿Eh? Por supuesto que no. Es la una
y media de la tarde. —Lay parece confundido—. Está arriba. La última vez
que miré estaba estudiando para su examen de Marketing.Su respuesta me alivia, pero no estoy seguro de por qué. JongIn me ha dicho un montón de veces que no bebe cuando está cabreado. Sé que tiene miedo de haber heredado las tendencias adictivas de su padre, y de repente me siento como un.capullo por hacerle a Lay esa pregunta.
ESTÁS LEYENDO
Tu y yo (Kaisoo)
Historia CortaSaga de Enamorarse no es una opción, JongIn un Playboy que encuentra lo que no estaba buscando y por idiota lo pierde, ahora hará lo que sea por recuperarlo.