Kim JongIn

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—¿Alguna vez un doncel ha fingido un
orgasmo contigo? —suelto. Son las ocho
de la mañana del lunes y golpeo nerviosamente mis dedos sobre la encimera de la cocina, mientras miro a mi compañero de piso.

Suho, que estaba yendo hacia la nevera, se detiene en seco de una forma tan brusca, que si hubiera llevado patines estaría limpiando virutas de hielo de mi cara en este momento.

—Lo siento, no te he oído bien. ¿Qué
has dicho? Su expresión es la personificación de la inocencia, por lo que, hasta después de decirlo otra vez , no me doy cuenta de que me está tomando el pelo.

Suho se parte de risa, literal, y unas lágrimas
corren por sus mejillas mientras tiembla
por las carcajadas.

—Te he entendido perfectamente bien
la primera vez —grazna—. Solo quería
escucharte cómo me lo preguntabas de
nuevo… Oh, joder… Creo que podría
mearme en los pantalones…

—Otro aullido sale de su garganta—. ¿Te has
zumbado a un tío y ha fingido correrse?
Aprieto mis dientes con tanta fuerza
que me hago daño en las muelas. ¿Qué
coño me ha hecho pensar que confiar en
Suho sería una buena idea?

—No —murmuro.

Suho sigue riéndose como un loco.

—¿Cómo sabes que ha fingido? ¿Te
lo dijo después? Oh, Dios, por favor,
¡dime que sí!

Miro fijamente mi taza de café.

—No me dijo nada. Es solo que me
ha dado esa sensación, ¿vale?.Suho abre la nevera y coge un cartón de zumo de naranja, todavía riéndose para sus adentros.

—Esto no tiene precio. El semental del campus no puede hacer que un doncel se corra. Es oficial, tronco, me has dado suficiente munición como meterme contigo durante años.

Sí, estoy seguro de eso. Nadie dijo nunca que yo fuese un tipo listo. ¿Y por qué coño sigo obsesionado con esto? Todo el fin de semana he estado luchando contra la tentación de ir a ver a Kyungsoo.

Me he obligado a estudiar para los exámenes. He jugado en la consola al Ice Pro en un maratón de seis horas con Lay. Incluso he limpiado mi cuarto y he hecho la colada.

Pero esta mañana, nada más abrir los
ojos, no podía soportarlo más. Se me da guay, hostias. Las mujeres y donceles  saben que cuando se enrollan con Kim JongIn van a salir con una sonrisa de satisfacción en la cara, y me enloquece pensar que Kyungsoo haya podido quedarse insatisfecho. La idea me ha estado carcomiendo la cabeza durante días.

Varios días, joder.

¿Sabes qué? A tomar por culo. Puede que no tenga su número, pero sé dónde vive, y ni de coña seré capaz de concentrarme en absolutamente nada hoy hasta que no haya arreglado esta movida.

Dejar a una chica o doncel con las ganas no solo es vergonzoso: es inaceptable. Treinta minutos más tarde, estoy de pie delante de la puerta de Kyungsoo.

Aparecer en la residencia de un doncel a las ocho y media de la mañana puede no ser la mejor forma de ganar puntos, pero dado que mi estúpido ego se niega a olvidarse del tema, cojo aire y toco en la puerta con los nudillos.

Kyungsoo abre un segundo después. Vestido solo con un albornoz..Sus ojos se abren como platos cuando me ve, y la voz que le sale es una especie de gritito agudo.

—Hola.

Trago saliva y hago todo lo posible para no pensar en que, probablemente, esta desnudo bajo la bata. La tela de toalla blanca cuelga hasta sus rodillas, el cinturón está sujetado con firmeza alrededor de su cintura, pero la parte de arriba está ligeramente abierta y puedo ver su escote.

—Hola. —Mi voz suena ronca, así
que me aclaro la garganta—. ¿Puedo
entrar?

—Eh. Claro.

El cierra la puerta detrás de mí  y luego se da la vuelta, con una sonrisa incómoda en sus labios.

—No tengo mucho tiempo. Mi último
seminario de Psicología es en una hora y
tengo que vestirme y atravesar andando
todo el campus.

—Está bien. Yo tampoco tengo mucho
tiempo. Tengo grupo de estudio en
treinta minutos.

—Meto las manos en los.bolsillos para evitar que se muevan.inquietas. Estoy nervioso y no tengo ni idea de por qué. Nunca he tenido.problema en hablar con los donceles antes.

—¿Qué pasa? —Con aire despreocupado, se sujeta la apertura del albornoz, como si se hubiera dado cuenta de que está peligrosamente cerca de abrirse de par en par.

—No acabaste, ¿verdad? —La pregunta sale volando antes de que.pueda detenerla.

—¿Acabar qué…? —se detiene y un
rubor ascendente aparece en sus mejillas
cuando cae en lo que acabo de decir—.
Oh. ¿Te refieres a…?

Aprieto los dientes y asiento.

—Bueno…, no —confiesa—. No acabé..Me esfuerzo por mantener la boca en una posición que no me permita fruncirla
.
—¿Por qué me dijiste que sí lo
hiciste?

—No sé. —Suspira—. Tú ya habías terminado. Y supongo que no quería dañar tu ego, ni nada de eso. El otro día leí un artículo sobre cómo los hombres son sensibles a ese tipo de cosas.

Cómo se desencadenan sentimientos negativos si un doncel no alcanza el orgasmo. Pero ¿sabías que aproximadamente el 10 por ciento de los donceles no tienen ningún orgasmo durante la actividad sexual?

Así que teniendo en cuenta esa estadística, los hombres realmente no deberían sentirse…

—Estás hablando sin control otra vez.

Su expresión es tímida.
—Lo siento.

—No me molesta. Me alegra escuchar
que estás preocupado por mi ego. —
Sonrío—. Porque hay razones para estarlo.
Kyungsoo parece sorprendido.

—¿Por?

—Porque no me he quitado de la
cabeza que la última vez no te di un
orgasmo. —Me encojo de hombros—. Y
me muero de ganas de cambiar eso.

Hay JongIn a lo mejor el ya no quiere ahhh.

Gracias por leer y por sus estrellitas.

Estas historias son para entretener, amo el Kaisoo así que mientras esperamos a JongIn bb que mejor imaginarlo en las mismas.

Nos leemos mañana.

💋

Tu y yo (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora