CAPÍTULO 4.

6.4K 345 10
                                    

Me levanté, hice mi rutina diaria y cuando estuve lista salí de casa, en el camino desayuné un café. Llegué, entré a la empresa y subí al piso once, toqué la puerta y entré cuando me fue permitido.

—Buenos días, Isabella.

—Buenos días, Elliot — le sonreí, pero pareció más una sonrisa forzada.

—¿Estás bien? — se acercó a mí.

—Sí, gracias.

—Parece que ayer no te fue nada bien con tu papá.

—Así es, se enojó demasiado y más cuando se enteró de que Sophie tenía novio y no les había dicho.

—Se empeoró la situación.

—Sí.

—Lo siento.

—Está bien, papá tendrá que ceder o si no lo hace lo hará Sophie, pero son igual de orgullosos, así que nos espera un largo tiempo para que se arregle la situación.

—Ya pasará.

—Lo sé, pero bueno, es hora de empezar con mi trabajo — le sonreí y correspondió con otra sonrisa, caminé a mi escritorio, dejé mis cosas y comencé con mi jornada de trabajo, salí a mi almuerzo como siempre y cuando regresé estaba Caden, nos saludamos.

—Isabella, ayer traté de comunicarme con Sophie en la noche y no me contestó.

—Estaba enojada, es normal en ella, no atiende el teléfono cuando está enojada, las cosas están complicadas en casa.

—¿Crees que pueda ir a verla a tu casa?

—Tendrías que preguntarle a ella, porque papá se enteró de que tiene novio y se enojó, quiere conocerte para poder volver a la situación de antes.

—Yo estoy dispuesto a presentarme.

—Pero tu novia no, ya sabes cómo es y quiere que papá ceda.

—¿Entonces cómo la veo?

—Igual que ayer — se rascó la cabeza.

—Ayer no la vi — dijo disimulando.

—Caden, no me mientas, te estacionaste unos pasos delante de mí y los vi despedirse, pero ustedes no se dieron cuenta de mi presencia — Elliot se rió.

—Tendré que cuidar más mis tácticas.

—Así es — le dije

Hablamos unos segundos más y después volví a mi trabajo, a la hora de salida tomé mis cosas y me levanté para irme.

—Ya me voy.

—¿Quieres que te lleve?

—No gracias, me hará bien caminar hoy.

—¿Segura?

—Sí, gracias.

—Está bien, si necesitas algo me avisas.

—Gracias.

—No hay de que.

Salí de la oficina y comencé a caminar directamente a casa, Sophie había llegado antes que yo, nos sentamos a comer en silencio y no se escuchaba nada, hasta que papá decidió hablar.

—¿Cuándo conoceremos a tu novio Sophie?

—Cuando tú cedas

—No cederé.

—No lo conocerás.

—Sophie por favor... — suplique.

—No Isa, papá tiene que ceder, si no, seguiré con un novio al que no conoce ni conocerá.

NUESTRO ERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora