CAPÍTULO 7.

6.4K 330 13
                                    

Son las seis de la mañana, me desperté y me quedé sentada en la cama, escuché que tocaron a la puerta de la habitación.

—Adelante — entró Elliot.

—Buenos días — dijo.

—Buenos días.

—¿Dormiste bien?

—Perfectamente gracias ¿y tú?

—Descubrí que el sillón y yo somos buenos amigos.

—Lo siento.

—¿Por qué?

—Porque dormiste en el sillón.

—No te preocupes, estoy bien, como nuevo — sonrió y le correspondí con una sonrisa — Te traje ropa, no pensé que quisieras ir así — extendió una bolsa para mí.

—Gracias, pero no debías molestarte.

—Quería hacerlo — sonreí — te dejo para que te prepares.

—Gracias.

Salió de la habitación, me levanté, me duché y cuando estuve lista salí, nunca usaba maquillaje, solo en ocasiones especiales, salí de la habitación, Elliot se fue a bañar, fui a la cocina y preparé yogurt con frutas, debía ser un desayuno ligero para el viaje, terminé y justamente Elliot salió listo.

—Te preparé el desayuno.

—Gracias — sonrió y se sentó — Mi abuelo preparaba todas las comidas del día, no era tan bueno en la cocina y cuando estuve más grande comencé a prepararlas yo, pero tampoco cocino muy bien.

—En casa las preparaba mamá — recordé lo de anoche, la tristeza me invadió, miré a la ventana y me negué a soltar más lágrimas, no ahora — yo le ayudaba, no soy tan buena, pero tengo mis habilidades — reí y me miró.

—Algunas comidas me quedan bien, otras quedan horribles.

—Así pasa.

—¿Lista para el viaje?

—Solo no me recuerdes el avión — se rió.

—Mejor imagina que conocerás Las Vegas.

—Buena opción.

—¿Qué te parece si esta noche conocemos un bar?

—Me gustaría — le dije.

—Bueno, entonces ya tenemos actividad para esta noche.

Desayunamos, después lavé los trastes y tomamos lo necesario para el viaje y salimos directamente al auto de Elliot, se puso los lentes negros y si antes se veía guapo, ahora se ve mucho más con los lentes, se dio cuenta de que me quedé mirándolo y volteó, pero me volteé a otro lado rápidamente, llegamos unos minutos después, Elliot estacionó el auto y bajamos para subir al avión.

—¿En serio no hay otra forma de viajar? — pregunté quedándome atrás mientras Elliot caminaba adelante.

—No, está muy lejos para viajar en auto ¿o quieres ir en helicóptero?

—No, ese está peor.

—Entonces al avión.

—¿Y en camión?

—Sería muy largo el camino — se detuvo y caminó hacia atrás, tomó mi mano y comenzó a jalarme — Vamos ya. — se rió, subimos los dos al avión y nos sentamos, Elliot se iba a sentar frente a mí.

—Elliot...

—¿Quieres que me siente contigo?

—Si no quieres, no.

NUESTRO ERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora