CAPÍTULO 41.

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Nos levantamos de la mesa y fuimos directamente al auto, Elliot abrió mi puerta y me ayudó a subir, después rodeó el auto para subirse.

—Dentro de unas semanas me será más difícil subir al auto.

—No te preocupes, para ese momento compraremos la camioneta.

—Yo creo que no es necesario.

—Sí lo es, es más seguro una camioneta que el auto, además, cuando nazca nuestro pequeño retoño no va a caber aquí en el auto, tenemos la posibilidad de comprar una camioneta, no te preocupes por nada.

—Elliot comenzó a conducir a casa, llegamos en unos minutitos, Elliot bajó todas las bolsas y las puso en la cocina, comencé a acomodar todo lo que habíamos comprado, estaba subiendo una lata a la alacena cuando sentí unas manos alrededor de mi cintura, se posaron en mi vientre, Elliot puso su rostro en la curva de mi cuello y depositó un beso ahí.

—Te amo tanto Isi.

—Yo también te amo Elliot.

Me tomó de la cintura y me giró hacia él, comenzó a acariciar mi pierna robándome un suspiro que lo hizo sonreír, me subió a su cintura y la rodeé con mis piernas, comenzó a besarme, caminó conmigo a la habitación, una vez adentro, me depositó suavemente en la cama, me besó, quitó mi vestido suavemente mientras las yemas de sus dedos acariciaban mi piel, causando que un escalofrío me recorriera completamente, gemí, mi entrepierna ya se encontraba completamente mojada, me dejó completamente en ropa interior frente a él, lo besé y comencé a desabrochar los botones de su camisa torpemente, la quité y la lancé por algún lado de la habitación, pasé mis manos por su abdomen y clavé mis uñas en su espalda, Elliot gruñó y la humedad en mí creció, continuamos besándonos, con su pulgar, Elliot recorrió el valle de mis senos, bajó por mi estómago y acarició alrededor de mi ombligo, lo tomé del cuello y lo tumbé a la cama, me senté sobre su regazo y él posó sus manos en mi cintura, las cuales recorrieron hasta llegar a mi trasero y le dieron un apretón robándome un gritito. Sonrió y me incliné a besarlo, bajé mis besos a su cuello y continué un camino con mi lengua hasta llegar a su abdomen, besé cada espacio de él, de un movimiento, Elliot me dejó bajo él, continuó besándome hasta llegar a mis senos, desabrochó mi sostén y lo lanzó por algún lado de la habitación, con sus manos comenzó a masajear mis pezones robándome gemidos incontrolables, me estaba volviendo loca, mi cuerpo se contraía de placer, Elliot besó mi cuello y después le dio toda su atención a mi entrepierna, la acarició por encima de mis bragas, podía sentir su respiración sobre ella, tomó una de mis piernas y comenzó a besarla desde el talón hasta llegar a mi entrepierna, después hizo lo mismo con mi otra pierna, estaba cerca de mí orgasmo, podía sentirlo, Elliot me quitó las bragas e introdujo uno de sus dedos a mi vagina, comenzó a moverlo circularmente, después fueron dos dedos, entraba y salía, yo solo gemía, cada vez estaba más al borde, lo necesitaba, ya no soportaría mucho.

—¡E...Elliot!

—¿Qué pasa mi amor?

—Te...necesito...ahora...

—Dime que es lo que quieres.

—Quiero...que...me...des...duro...

—Duro contra el muro, contra el suelo, contra la pared, contra la cama. — me susurró en el oído causando que toda mi piel se erizara.

—¡Elliot...ahhh...por...favor...!

Me giró dejándome boca abajo, se quitó la ropa interior, me tomó de la cadera y me penetro de una estocada, sus movimientos eran salvajes y rápidos, mis senos saltaban con cada estocada, la mano de Elliot viajó a mi vientre y después a mi entrepierna, le dio un apretón, demasiadas sensaciones para mi cuerpo, no tarde nada en alcanzar mi orgasmo, Elliot se corrió dentro de mí y salió de mi interior suavemente, me acosté en la cama y se acostó a mi lado, me abrazó y me pegó a su cuerpo.

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