CAPÍTULO 12

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Por fin es viernes, jamás había deseado tanto que fuera viernes, no hice la presentación, pues el señor Reynolds no me lo permitió, dijo que él tenía más experiencia y lo haría, no me quejé porque apenas podía con el trabajo, termino muerta todos los días, Elliot me lleva del sillón a la cama, a veces me despierto y a veces no, estoy en la oficina trabajando, estaba tan concentrada en mi trabajo que no miré al señor Reynolds acercarse.

—Es muy hermosa señorita.

—¿Disculpe?

—Al parecer no aprendiste con el castigo que te di.

—Señor, yo solo vengo a cumplir con mi trabajo no a socializar.

—¿A caso te doy miedo y por eso no me hablas? — se acercó más y me levanté de mi escritorio.

—Mire señor, deje de molestarme por favor.

—Vaya, eso no decías con tu antiguo jefe.

—Señor, le pido por favor que me respete.

—El señor Harrison te respetaba de otra forma — se acercó más haciendo que mi espalda chocara contra la pared.

—Por favor no se acerque más.

—No te resistas querida, quizá así pueda ayudarte con tu trabajo — con el dorso de la mano acarició mi mejilla y bajó a mi cuello, me quedé helada, tenía miedo, mis ojos se llenaron de lágrimas — Shhhh, no tengas miedo, no te haré daño — acercó su rostro al mío, no podía moverme, me atrapó en la pared, quería gritar, pero no podía, su mano bajó de mi cuello al comienzo de mis pechos.

—Déjeme por favor — dije en un hilo de voz, su mano iba a continuar pero alguien lo alejó de mí bruscamente, era Elliot, lo tiró al suelo y comenzó a golpearlo, yo seguía sin poder moverme, Caden entró corriendo a la oficina y le quitó a Elliot de encima, Elliot trataba de soltarse para seguir golpeando al señor Reynolds pero otro hombre ayudó a Caden para que no siguieran peleando, Caden le dijo algo para tranquilizarlo, Elliot me miró y se soltó de ellos para acercarse a mí, me abrazó, comencé a llorar en sus brazos, recargó su cabeza en la mía y depositó un beso en ella.

—Tranquila, todo está bien, no pasó nada.

—Y conmigo no quisiste ser más amable — dijo el señor Reynolds burlándose.

—No es algo de su incumbencia señor Reynolds, pero ella es la esposa del señor Harrison — dijo Caden y el señor Reynolds abrió los ojos como plato.

—Elliot, quiero ir a casa.

—No te preocupes pequeña, ya nos vamos — tomó mis cosas del escritorio y me abrazó de lado, antes de salir de la oficina se giró a ver a el señor Reynolds.

—No quiero que vuelva a acercarse a mi esposa, ni siquiera se atreva a mirarle porque se las verá conmigo.

—Lo...lo...siento...no sabía que fuera su esposa.

—Ahora ya lo sabe — le contestó fríamente y salimos de ahí, fuimos directamente al auto, me abrió la puerta y cuando estuve arriba, la cerró, rodeó el auto y se subió.

—¿Estás bien? — asentí y rompí en llanto nuevamente.

—Tranquila, todo está bien.

—Gracias por haber llegado a tiempo, si no hubieras llegado yo...

—No pienses eso, estás bien y es lo que importa.

—No quiero volver ahí.

—No lo harás, eso te lo aseguro, yo me encargaré de arreglar todo para que vayas a Harrison Industries, pero ya no pensemos en eso, mejor vamos a casa para que descanses — asentí, encendió el auto y arrancó a casa, yo iba viendo la ventana, Elliot tomó mi mano que reposaba en mi pierna y depositó un beso en ella, dejamos nuestras manos enlazadas en el camino, llegamos al edificio y entramos al apartamento directamente, me senté en el sillón y Elliot se sentó a mi lado.

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