CAPÍTULO 23.

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Pasaron dos semanas desde que fuimos a la playa, mañana jueves habrá una fiesta en la empresa, así que el viernes no habrá trabajo, mi alarma sonó, me levanté muy rápido y me mareé, me senté nuevamente en la cama un poco más despacio. Cuando me sentí mejor, me levanté y fui al baño, hice mi rutina diaria y me vestí, salí de la habitación y comencé a preparar el desayuno, Elliot entró a la cocina, me abrazó por la espalda y depositó un beso en mi mejilla, me giré y deposité uno en sus labios.

—Buenos días pequeña.

—Buenos días, amor.

—Huele delicioso.

—Gracias, ya casi está todo listo, solo falta el jugo de naranja.

—¿Necesitas ayuda?

—No gracias, siéntate.

Comencé a preparar el jugo de naranja, me acerqué al jugo y un olor feo salió de el, hice una arcada cuando el olor inundó mi nariz.

—¿Qué pasa amor?

—El jugo huele feo — se acercó y lo olió.

—Huele bien cariño.

—No, huele feo.

—Siéntate y yo termino con el jugo.

—Está bien.

Serví los desayunos y los llevé a la barra, Elliot sirvió el jugo y lo llevó, nos sentamos y comenzamos a desayunar.

—Hoy te ves preciosa.

—Gracias cariño.

Continuamos desayunando, cuando terminamos, Elliot se ofreció a lavar los trastes, terminé de acomodar unas cosas y salimos de la casa directamente a la empresa, en el camino comencé a marearme en el auto.

—Elliot cariño.

—¿Qué pasa, amor?

—¿Podrías abrir la ventana un poco por favor?

—¿Te sientes bien?

—Sí, estoy un poco mareada, es todo.

—Volvamos a casa.

—No amor, no es necesario.

—No te sientes bien cariño, no te voy a arriesgar.

—Elliot, estoy bien, no es nada.

—Isa, no le quites importancia.

—No se la quito, estoy bien cariño, solo me mareé por el auto, es todo.

—Pero...

—Pero nada, sigue conduciendo o llegaremos tarde.

—Bueno, pero me vas a decir si te sientes mal.

—Sí, cariño.

—Está bien.

Llegamos a la empresa y cada uno fue a su puesto, me senté y comencé a trabajar, a la hora del almuerzo, Elliot llegó por mí a la oficina para ir a almorzar juntos, después volvimos y seguimos con nuestros trabajos, a la hora de la salida, fui a la oficina de Elliot, Andy me dijo que estaba en una reunión, me senté en el sillón y apenas recosté mi cabeza, me quedé dormida.

—Isa...pequeña...ya es hora de irnos — abrí los ojos de golpe, una sensación de náusea se asentó en mi estómago, me senté en el sillón, iba a hablar cuando tuve que correr al baño, comencé a vomitar, Elliot corrió detrás de mí y tomó mi cabello con una mano, mientras que la otra sobaba mi espalda circularmente, dejé de vomitar hasta que mi estómago quedó vacío, me senté en el suelo y respiré profundamente — ¿Estás bien Isi?

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