CAPITULO 20.

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Elliot acaba de estacionarse frente a la casa de su abuelo, nos bajamos y apenas tocamos a puerta, nos abrieron, nos dejaron pasar a la sala y ahí nos recibió el abuelo de Elliot.

—¡Que bueno que llegaron! — exclamó el abuelo.

—Gracias por invitarnos — dije.

—Mis nietos siempre son bienvenidos — le sonreí. — Y también lo serán mis bisnietos.

—Abuelo, no presión, aún no creemos que sea conveniente.

—No los presiono, solo les digo ¿verdad Isa? — me reí.

—Aún es muy pronto, señor Harrison.

—Isa, no me sigas señor, somos de la familia, dime abuelo — sonreí.

—Está bien, abuelo.

—Vamos al comedor, la comida ya está lista.

Pasamos al comedor y nos sirvieron nuestra comida, nos sentamos y comenzamos a comer, Elliot me rodeó con su brazo y me recargué en él, lo miré y el depositó un beso en mis labios, el abuelo se rió.

—Lo sabía — dijo alegremente.

—¿Qué sabias abuelo? — preguntó Elliot.

—Qué terminarían enamorados.

—Por eso nos casamos abuelo — se rió y negó con la cabeza.

—¿Creen que les creí su historia? Era muy buena, por cierto Isa, eres buena inventando historias.

—¿No lo creyó? — pregunté.

—No, mi nieto estaba borracho, lo supe desde que me llamó, era muy noche aquí como para llamar, cuando vinieron, fingieron, pero les faltan habilidades para actuar, yo sabía lo que habían hecho, estaban borrachos y se casaron.

—¿Por qué fingió que nos creía, abuelo? — pregunté.

—Porque los vi, desde la noche que nos presentó Elliot, pude verlos, solo necesitaban más tiempo y miren, ya están juntos.

—Elliot y yo decidimos fingir para que usted no se enterara y estuviera feliz.

—Elliot siempre ha sido malo con las mentiras, esta vez decidí fingir que les creía, pero mi plan funcionó a la perfección, se quedarían juntos hasta que se enamoraran.

Continuamos comiendo mientras hablábamos, al terminar, fuimos a la sala y nos sentamos, Elliot me rodeó con su brazo y recargué mi cabeza en su hombro.

—¿Y desde cuándo están completamente juntos?

—Desde el martes — dijo Elliot.

—¿Y no pensaban venir a visitar al abuelo? — preguntó.

—Sí, abuelo — contesté.

—Pues no parece, vinieron porque los invité.

—Abuelo, sí íbamos a venir, pero estaba acomodando todo porque al mando de la empresa tengo que hacer muchas cosas, hace unos días tuve una reunión de emergencia a la hora de la salida, Isabella se tuvo que quedar esperándome en la oficina y se quedó dormida — lo miré con los ojos entrecerrados. — Te quedaste dormida.

—Sí, pero no estés divulgando mis horas de sueño, van a decir que me la paso dormida.

—Cuando llegabas de James Industries, apenas decías hola y te quedabas dormida.

—Suficiente Elliot Harrison, ¿abuelo, me puedo quedar a dormir? Mi esposo quiere dormir solo hoy.

—Claro que sí, aquí hay muchas habitaciones. — se rió, me levanté y me senté a su lado y me abrazó, le saqué la lengua a Elliot de forma infantil y el abuelo se rió de nosotros.

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