CAPÍTULO 30.

5.1K 320 11
                                    

Tomamos muestras cosas y salimos del apartamento, fuimos directamente al auto, una vez arriba, Elliot arrancó directamente a nuestro destino, Elliot se detuvo frente a la casa de mis padres.

—¿Lista?

—No, pero es algo que pasaría tarde o temprano.

—Yo estaré contigo.

—Gracias.

—No tienes que agradecer, en las buenas y en las malas ¿Recuerdas?

—Te amo.

—Yo te amo más, tienes que estar tranquila.

—Lo sé.

Bajamos del auto, Elliot traía sus lentes oscuros y venia arreglado como siempre, tocó el timbre y esperamos unos minutos, Sophie abrió la puerta.

—Isa. — dijo sorprendida.

—¿Están mamá y papá?

—Solo papá, mamá no está ahora.

—¿Crees que podamos hablar con él?

—Sabes cómo es, al principio no, pero al final aceptara, entren. — nos dio paso para que entráramos.

—Sophie ¿Quién es...? — no terminó la frase porque nos vio, Elliot se quitó los lentes y miró a papá, ambos se observaron por unos minutos — ¿Qué haces aquí Isabela?

—Papá...quiero hablar contigo.

—No creo que tengas nada que hablar conmigo, las cosas quedaron muy claras.

—No quedaron claras papá, hay un error.

—Isabella.

—Por favor, papá. — Lo miré como miré de la forma que lo hacía cuando era pequeña.

—Está bien, pero vamos a mi despacho. — papá se dirigió a su despacho, Elliot iba a caminar pero lo detuve.

—Yo voy cariño.

—Pero amor...

—Tranquilo, todo estará bien

—Está bien, pero no te alteres mucho. — asentí, me besó suavemente y fui al despacho de papá, estaba sentado en su escritorio, me senté frente a él.

—Habla que no tengo todo el día.

—Papá, todo ha sido un error, mamá pensó algo que no era.

—Isabella por favor, se una adulta y afronta tus consecuencias.

—Papá, es la verdad.

—Isabella, esto es suficiente, nos decepcionaste, perdiste nuestra confianza, lo perdiste todo. — un nudo se formó en mi garganta.

—Papi, por favor. — papá levantó la mirada al techo con los ojos cristalizados.

—Rompiste todas las reglas, tiraste a la basura tus valores, nos deshonraste.

—¡El maldito vino cayó a mi vestido y Elliot se ofreció a prestarme ropa para que no me quedara con el vestido mojado! — rompí en llanto.

—¿Qué?

—Lo que escuchó señor — dijo Elliot entrando a la oficina — una mujer chocó con Isabella y le tiró todo el vino encima, mi casa estaba cerca y me ofrecí a darle ropa, ella no quería y llamó a Sophie para que la recogiera, pero no contestó, fuimos a mi casa, le presté ropa, su mamá fue a recogerla y pensó otra cosa, no nos dejó explicar y se fue.

—¿Es cierto eso Sophie? — preguntó papá mirando a Sophie.

—Sí papá, eso es lo que en realidad pasó.

NUESTRO ERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora