CAPÍTULO 3.

6.6K 372 14
                                    

—Lo sentimos papá — dijimos ambas.

—¿Qué está pasando contigo Sophie, siempre nos has dicho todo? ¿Y contigo Isabella, siempre has sido responsable?

—Papá... — dije.

—Mejor váyanse a dormir.

—Pero papá... — dijo Sophie.

—Pero nada, mañana hablaremos.

—Está bien. — le dimos las buenas noches y nos fuimos a nuestras habitaciones, me preparé para dormir y me acosté, papá estaba enojado, nos equivocamos, tardé en conciliar el sueño hasta que me quedé dormida. Mi alarma sonó y me levanté, hice mi rutina diaria, cuando estuve lista bajé, hoy tendría que caminar a la empresa, no está cerca pero tampoco lejos, bajé a la cocina y saludé a todos, papá seguía enojado y con trabajos saludó, tomé un café y salí directamente a la empresa, después de caminar por veinte minutos llegué, subí directamente a la oficina, toqué la puerta y entré cuando me fue permitido.

—Buenos días, señor Harrison.

—¿Volvimos al señor Harrison? — dijo con una sonrisa.

—Lo siento Elliot. — sonreí y correspondió a mi sonrisa.

—Dentro de una semana hay un viaje a Las Vegas y tienes que acompañarme.

—¿A Las Vegas?

—Sí, la empresa quiere abrir un negocio y debemos ir para hacer un presupuesto y ver opciones.

—Está bien, avisaré en casa.

—Muy bien.

Comencé con mi trabajo, fui a almorzar y cuando volví seguí con mi trabajo hasta que fue la hora de salida.

—Ya terminé mi jornada de hoy. — le dije.

—¿Vendrán por ti?

—No, el auto está en el taller.

—Yo puedo llevarte si quieres.

—No creo que sea conveniente para ti que nos vean juntos.

—Yo no tengo ningún problema, pueden hablar lo que quieran, será para mí un honor que me vean con una mujer tan linda. — sentí mis mejillas calientes y me reí nerviosamente.

—El problema es que mi papá me cuestionará nuevamente como anoche.

—Puedo dejarte cerca de tu casa, así no te verán y no tendrás problemas. — sonrió.

—No quiero molestar.

—No es molestia, además yo también me iré.

—¿Estás seguro?

—Sí.

—Gracias.

—No hay problema.

Tomé mis cosas, Elliot me dejó salir primero de la oficina y después salió él, salimos de la empresa, nos dirigimos al auto, abrió la puerta del auto y subí, después lo rodeó y se subió, una vez arriba arrancó a mi casa.

—¿Se molestó tu padre ayer?

—Sí, son un poco estrictos y llegamos un poco tarde, a parte mi hermana le mintió y terminamos en problemas, hoy hablará con nosotras.

—Bueno, si necesitas escapar, tienes mi número. — reímos.

—Gracias por la oferta.

Llegamos a la esquina de mi casa, Elliot se bajó y abrió la puerta para mí, me ayudó a bajar.

NUESTRO ERRORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora