CAPÍTULO 42.

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Tengo cuatro meses de embarazo, mi barriga está más hinchada de lo normal, hoy conoceremos el sexo de nuestro bebé, estamos más que emocionados, Elliot sigue dormido, yo llevo un poco más de una hora despierta porque no pude dormir más, como todas las noches, Elliot tiene sus manos sobre mi barriga, comenzó a moverse y abrió los ojos.

—Buenos días, cariño — le dije.

—Buenos días, mi amor ¿cómo dormiste?

—Bien gracias ¿y tú?

—Perfectamente ¿Cuánto llevas despierta?

—Poco más de una hora.

—Nena.

—Es que no podía dormir, estoy emocionada.

—Yo también estoy feliz, hoy sabremos el sexo del bebé — se acercó a besar mi vientre — Aunque ya sé que es niña.

—Y vuelves con lo mismo.

—Ya lo verás.

—Ajá.

—Vamos a levantarnos, tienes que desayunar antes de irnos, no queremos que te desmayes.

—Voy a ducharme.

—Yo te ayudo.

—Una oferta que no rechazaré.

Nos duchamos juntos, cuando salimos, nos vestimos y salimos de la habitación, preparamos un desayuno rápido y nos sentamos a desayunar, cuando terminamos limpiamos todo y nos quedamos a esperar en la sala a que fuera la hora de irnos.

—Falta muchísimo — dije.

—Son los nervios los que están haciendo el tiempo largo.

—¿Y si nos vamos ya? — me levanté frente a él.

—Aun así faltaría una hora.

—Es que... — las náuseas se hicieron presentes, cerré los ojos y respiré profundo para que se me pasaran.

—Tranquila, te vas a sentir mal si sigues así, ven aquí — estiró su mano hacia mí, la tomé él estaba en el sillón, me sentó entre sus piernas, levantó mi camisa y comenzó a acariciar mi vientre circularmente, se sentía tan bien que recargué mi cabeza en su pecho y cerré los ojos. —¿Te gusta?

—Mmjjmm — asentí.

Sus manos comenzaron a acariciar la parte baja de mi vientre y después subían nuevamente a la parte alta, así estuvo durante unos minutos.

—Me gusta cuando acaricias mi barriga.

—¿Por qué?

—No lo sé, me relaja.

—Más que mis besos.

—Esos me encienden.

—No diga más porque se nos va a hacer tarde si me dispongo a hacerle el amor — me reí y besó mi cuello causando que mi piel se erizara. Me giré y me senté sobre su regazo, rodeé su cuello con mis manos y comencé a besarlo, sentí a su miembro despertar bajo mi trasero, Elliot continuó el beso con sus manos sobre mi vientre, su mano se introdujo a mi pantalón robándome un gemido que se ahogó en sus labios, su mano comenzó a tocar mi entrepierna suavemente haciéndome suspirar. Bajó mis pantalones junto a mis bragas, introdujo su dedos a mi entrepierna, comenzó a moverlos, cada vez los movía más rápido, alcanzó mi clítoris y lo presionó causando que le mordiera el labio acción ante la cual gruñó, comencé a mover mi cadera circularmente, Elliot introdujo más sus dedos robándome un gritito.

—Mm...más...rá...ahh...ahh...pi...do..

—Como tú digas.

Comenzó a acelerar sus movimientos, Elliot comenzó a besar mi cuello de manera suave para no dejar marcas, sus dedos entraban y salían, alcancé el orgasmo, sentí una explosión dentro de mí y mi vagina apretarse, me vine sobre la mano de Elliot, mi respiración estaba entrecortada.

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