CAPITULO 47 (FINAL.)

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Tengo nueve meses de embarazo, mi barriga está demasiado hinchada, estoy a días del nacimiento de nuestros pequeños, estoy preparando la comida mientras Elliot llega de la empresa, me estiré para tomar un vaso de la alacena y me dio un pequeño dolor en el vientre bajo, pero lo ignoré y seguí con la comida, escuché la puerta principal abrirse y salí de la cocina para recibir a Elliot, cuando me vio, sonrió y me abrazó tanto como mi vientre lo permitió.

—¿Cómo está la esposa más bella del mundo?

—Perfectamente ¿y tú?

—Muy bien gracias.

—Me alegro ¿Cómo va todo por la empresa?

—Perfectamente.

—Qué bueno cariño, ya está la comida, voy a servirte.

—Voy contigo mi amor.

—No te preocupes, descansa.

—La que tienes que descansar eres tú, estás a pocos días de dar a luz amor.

—Estoy bien.

—De todas formas, iré contigo.

—Está bien.

Fuimos a la cocina, iba caminando y me dio un dolor en la cintura, me detuve y me agaché un poco, Elliot me vio y se acercó rápidamente a mí.

—¿Estás bien amor?

—Sí, me dolió la cintura.

—Amor... — No terminó porque sentí agua correr por mis piernas, una contracción me atacó y grité de dolor.

—Elliot, los bebés...

—Ya vienen, los bebés, van a nacer — se quedó quieto.

—¡Elliot! — grité de dolor por otra contracción.

—¡Los bebés!

Me tomó en brazos y salió corriendo de la casa, me subió a la camioneta, justamente iba entrando el auto de Caden y venía con Sophie.

—¿Qué pasa? — preguntó Caden.

—¡Ya vienen los bebés! — gritó Elliot.

—Nos vemos en el hospital — le dijo Caden.

Elliot arrancó directamente al hospital, tomó mi mano y depositó un beso en ella, yo sentía que mi cuerpo se deshacía con cada contracción.

—Todo va a estar bien — decía Elliot.

—¡Más rápido Elliot!

—Tranquila cariño.

—¿¡TRANQUILA, ELLIOT!? ¡LAS CONTRACCIONES ME ESTÁN MATANDO Y PIDES QUE ME TRANQUILICE!

—Lo siento, ya iré más rápido.

Las contracciones aumentaban más cada vez y eran más dolorosas, las lágrimas salían sin poder detenerlas, el camino fue inmensamente largo, hasta que por fin llegamos, Elliot me cargó y entró corriendo al hospital, las enfermeras se acercaron con una silla de ruedas, Elliot me sentó y me llevaron a una habitación, detuvieron a Elliot para que llenara unos formularios, pero Sophie y Caden llegaron en ese preciso momento y Sophie se detuvo a llenar los formularios para que dejaran a Elliot entrar, me llevaron a la sala de partos y prepararon todo para mí parto, dejaron entrar a Elliot unos minutos después, se acercó a mí, tomó mi mano y besó mi frente.

—¿Está bien pequeña?

—Duele mucho Elliot — le dije lloriqueando.

—¿Pueden darle algo a mí esposa para minorar el dolor? — le preguntó a la obstetra.

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