EL HEREDERO la Historia del Conejo de la Nariz Roja.

LA HERENCIA DE LA SANGRE AZUL

Buster estaba abatido en sus pensamientos. Miraba con tristeza el como los pájaros con ojos grandes le miraban con tristeza al notar el semblante, pero fueron asustados por alguien de patas grandes y grises, quien caminaba con semblante pesado y con la cabeza vendada en cuanto le vio.

- Pa...- susurro por un momento buster, quien rápidamente, se levanto de su asiento, siendo interrumpido por el rey conejo, quien le detuvo

- No, espera... quisiera hablar contigo.

Ambos se sentaron tranquilamente. Estaban mirando el rió detalladamente mientras le escuchaban, para buster era algo de miedo... ¿acaso estuvo mal la decision que tomo? ¿tenia consecuencias?, estaba temblando, y eso, bugs lo noto de inmediato.

- Escucha buster...- decía bugs seriamente - lo que hiciste me tomo desprevenido.

- Lo siento, - decía buster asustado - es que... no sabia si...

El conejo no le dejo terminar, le abrazo tan fuerte, que por un momento, buster temblada y lloraba un poco - tomaste una decision difícil, y esa, fue destruir el reino, antes de que sabina lo tomara por completo... estoy orgulloso de ti.

Los ojos de buster quedaron en asombro, bugs le miro con alegría - me alegra saber, que mi reino, esta en buenas manos, estoy orgulloso de ti, no cabe duda, de que eres el hijo de una gran amazona como tu madre.

- Y fui criado... por un gran y astuto conejo...- interrumpió buster quien le abrazo nuevamente - pense que estarías enojado de que destruyera el reino.

- No lo estoy, - decía buster - podemos empezar desde cero, pero jamas, hay que dar lo que tenemos, eso es algo que se gana, no que se obtiene por la fuerza.

Ambos se dan un abrazo, que es visto, solo por lola y babsy quienes rien por aquello. Viendo como padre e hijo, se aceptan nuevamente.

Yakko miraba algo nervioso aquel establecimiento de comida que estaba atendiendo a los sobrevivientes de acmeland, al entrar, veía a la multitud de gente que atendía, los mutiples platos que estaban en el lugar, y a los cocineros que andaban de un lado a otro. Esperaba con ansias ver a todo su grupo de amigos, después de todo, lo citaron en ese lugar para hablar de alguna cosa importante según el.

Esquivaba cocineros, meseros pingüino, que rápidamente, llevaban las comidas a las mesas, al mismo tiempo que escuchaba a los cocineros como comandaban las ordenes y los platillos que se servían.

- ¡necesito manos en el filete, encárgate rápido colega! - grito la voz del cheff. La curiosidad de yakko fue mas grande, y al entrar a la cocina, su sorpresa fue muy grande, al encontrar una rata, pequeña de color gris en ella, dirigiendo las ordenes con todos los cocineros, quienes le obedecían al instante.

- ¿puedo ayudarte en algo? - pregunto el roedor.

- Haaaa, no - decía yakko algo asombrado - solo quería observar como preparaban el platillo, es todo...

- Haaa eres listo, adelante, no tengo problemas siempre y cuando no estorbes chico.

Yakko caminaba asombrado al notar a los cocineros. Habia grandes, pequeños, quienes servian y preparaban con gusto aquellos platillos deliciosos que era el paladar de algunos. Se paro en frente de una de las cazuelas, al parecer olía delicioso, y al intentar acercase, el calor de la lumbre le asusto por completo.

- Lo siento, no te vi - decía alguien que estaba en frente de su cara, haciendo que yakko retrocediera un poco, era una especie rara de al parecer lagartija, roja y larga, que bajaba de su cuerpo para dirigir la cuchara en ella.

- No sabia que había lagartijas en la cocina preparando. - decía yakko quien se sacudía su ropa.

- Oye... dragón, no lagartija, yo no ando enseñando la lengua.- decía el animal, quien le sacaba la lengua.