CENTINELAS.

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Te transportare a villa acme, —decía maléfica seriamente — tiene hasta la media noche para buscar a los centinelas. Llévate a Bobby, él te ayudará...

-esas son 2 horas!- grito yakko mientras un humo color verde lo hacia desaparecer

-lo se... buen viaje. -

Y en un solo segundo, yakko, había desaparecido.

—¿Porque lo mandaste a el? —pense que me mandarlas a mi también.

—porque la reina sospecha...— decía maléfica—ella, tiene los ojos puestos en ti.

Yakko despertó fuera del palacio, junto a un puente, estaba fuera de villa acme, se río complacido por ello. Observo sus prendas. Arrepientas, dignas de un vagabundo. Era un saco café, cubriéndole por completo. Sonrio complacido mientras Bobby se colocan en su hombro derecho.

—Tenemos que irnos yakko—    decia bobby quien comenzaba a volar — no perdamos más tiempo.
— cierto— afirmó yakko, quien nuevamente, se levantó y comenzó a caminar junto con la paloma.

Caminaron con mucha dificultad, veia con extrañeza todo lo que encontraba en su lugar, llegando a los olvidados callejones de la villa.

Miro con tristeza a la gente, personas, haciendo fogatas en la calles, intentando refugiarse del cruel frío, miro con tristeza a los niños, algunos, estaban enfermos, al mirarlos se acordó de inmediato, dejando a Bobby volar por un rato, para dirigirse a otro lugar.

Al tocar tres veces, el doctor rascahuele abre la puerta con algo de miedo, su sorpresa es grande al ver a yakko quien le saludaba como siempre lo hacía antes. —¡hola doc!

El doctor, lo recibió con los brazos abiertos llamo rápido a su asistente quien también lo cargo para recibirle. Estaban contentos de verle, aunque el doc le notaba la tristeza también.

—¿porque estas aquí yakko? —pregunto el doctor —te hubieras quedado en la nacion disney, con el rey ratón.
—pasaron muchas cosas doc— decía yakko mientras se quitaba las lágrimas de sus ojos. —pero, gracias a que estoy aquí, se revelaron muchas cosas de mi pasado.–miro por un momento a hellonouse, le sonrió y se acercó —¿ que saben de los centinelas?.—

La enfermera le sonrió con ternura, le tomo de los hombros y lo acercó a la puerta.— son desertores de la reina, también algunos aldeanos que dejaron el reino, dirígete a lo profundo del bosque luminoso, las luces fautas te llevaran y con ello, uno de los desertores de la reina, el te llevará al líder del estos sujetos.

La nieve era demasiada que yakko no podía caminar en ella, levantaba su saco para intentar mover los pies poco a poco. — las cosas que hago por amor— decía
El warner, mientras intentaba mover las piernas de poco a poco, aunque no contaba con que caería directo al piso.

—esto es frustrante— decía yakko mientras Bobby pisaba cerca de su rostro. — no soy tan buen rey como muchos pienzan.

— hooo vamos yakko, no te rindas,— decía Bobby mientras le sacudía el rostro.— ya casi llegamos... ¡ pienza en que max, estaba orgulloso por esto!

Al parecer, la palabra mágica a de Bobby, hizo que yakko, recuperara las ganas, al imaginar, nuevamente a su querido max y sus grandes abrazos.

—bueno esta bien, pero si no los encuentro... entonces ocuparemos el plan B
—¿y cual es ese?
— no lo se, ya se me ocurrirá algo...

De pronto, algo les llamo la atención, un susurro algo que ellos no comprendían, y 8nanluz, les ilumino el camino. Era una pequeña llama azul, un pequeño fuego fatuo.

EL HEREDERO la Historia del Conejo de la Nariz Roja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora