DECICIONES RIESGOSAS.

150 13 2
                                    


La cara de yakko era ahora de tristeza. Veia como los antiguos aldeanos de un reino destruido estaban ahora, algunos, viviendo en un pequeño albergue que el rey ratón, había puesto para ellos. algunos vivian en ciertas casas que unos samaritanos, habían dado a sus casas; otros, preferian vivir en ese albergue, al menos, tendrían comida gratuita y deliciosa. Veía como babsy, ayudaba a tapar a un curioso y gran oso con pañal, mientras su pequeño padre, tapaba a una madre con ojeras, debido al pequeño gran oso que corría con alegría con la comida y la almohada que le acababa de dar babsy. Rio por un momento, eso le daba algo de gracia, también veía con curiosidad, como dos pequeño roedores, eran ayudados por los rescatadores, quien el ratón basil, le daba a los pequeños animales, comida, agua y algunas prendas para cubrirse. Chipp y dale, platicaban con esos curiosos roedores quienes reian curiosamente... algo raro para el, parecían pareja.

- ¿estas bien? – pregunto max mientras le ofrecía un pequeño vaso de plástico con un poco de sopa en ello.

- ¿que es eso? – pregunto yakko mientras veía los curiosos fideos en ello.

- Tallarines. – decía max mientras le daba su vaso con sus palillos – me lo dio uno de los guardianes quien esta dándolos.

- ¿Baimax? ¿Nick? ¿Sullivan o stich?

- Nunguno – decía max mientras comía su sopa – es otro caballero de la mesa.

- Tienen muchos caballeros – decía yakko mientras se recargaba en los hombros de su guardia – yo solo tengo a wakko y pinky –

- Descuida – decía max mientras le tomaba la mano y le daba un dulce beso en ella – te prometo que tendrás a muchos seguidores en el grupo de los animaniacs.

Pepe le pew leia un pequeño libro, estaba con su pierna lastimada después de haber salido ileso de aquella pelea tan mortífera. Estaba sumido en sus pensamientos, leyendo aquella historia de magos y magas donde pelan con un terrible ser de la oscuridad eterna. – mmm de seguro, las varitas serian buenas opciones en este momento – se decía en sus pensamientos – lastima que la parvada no utiliza varitas, solo báculos.

De pronto, alguien toca la puerta. – adelante – decía tranquilo mientras guardaba el libro en las sabanas. Para sorpresa de este, era pinky quien traia una bandeja de utencilios de medicina. Vestia un traje negro, un pantalon negro y una especie de playera sin mangas en ella, su mano, aun vendada, llevaba la bandeja con sumo cuidado. Pepe estaba emocionado, se peinaba lo mas que podia para ver a su raton favorito, sacuidia su cola con suma delicadeza, mientras se lamia las manos para acomodar su cabellera y revisar discretamente su aliento. Mientras se quitaba las sabanas que este le cubria.

- Te traje algo de comer, me dijeron que no...- de pronto, al voltear el raton, noto que pepe estaba acostado seductoramente, mientras con sumo dolor intentando aparentarlo, se acomodaba su pierna lastimada, e intentaba estar lo mas relajado posible. - ¿que haces?

- Nada... – decia pepe, intentando relajarse – que bueno que veniste a verme mi querido raton de hermoso pelaje blanco.

Pinky se rasco la cabeza por un momento, notaba como pepe, intentaba calmar con mucho dolor aquel semblante mientras reia algo apenado. Pero no fue por mucho tiempo pues stich estaba asomandose desde la espalda del raton saludandole sin importar el incomodo momento.

- Hola pepe – decia este mientras baja hacia la cama para brincar en cima del zorrillo.

- ¿tu que haces aqui stich,? – decia pepe enojado - ¡quitate!

- Le pedi a stich que me acompañara – decia pinky mientras se acercaba con una pequeña lata de pintura de zapatos hacia la pierna del zorrillo – espero y no te moleste.

EL HEREDERO la Historia del Conejo de la Nariz Roja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora