La Tiznada y Yorhaya ya habían llegado al pantano, esta última se cubrió de llamas para cruzar el pantano y se adentró a este, como siempre le volvió a advertir a La Tiznada que no la siga, pero el caballo de la joven simplemente se adentró a las aguas mientras ella la miraba con picardía, la caballero suspiró, ese corcel era un espectro, así que no podría contagiarse y mientras La Tiznada permaneciera arriba esta estaría protegida, aun así Yorhaya le advirtió que tenga cuidado de no tocar las aguas.
Ambas fueron más y más profundo con cuidado de no toparse con un caballero imputrescible, finalmente llegaron a una enorme isla en el pantano, en el interior yacía un enorme hombre con una armadura con cuernos, tenía una gran alabarda con una estandarte, se notaba que estaba infectado por la putrefacción, al instante este se levantó y comenzó a agitar su arma gritando, lo cual invocó a un grupo de espectros.
-¿Cenizas de guerra? Pero pensé que se necesitaba una campana para ello.
-Esas campanas de las que hablas son objetos muy raros, generalmente necesitas un objeto y ser una persona a la que los espíritus que invocas estén muy ligados, así como una afinidad leve amenos, como sea, tu encárgate de los espectros, yo me encargo del hombre, aquellos infectados por la putrefacción generalmente pueden manejarla hasta cierto punto.
Yorhaya con su cuerpo aun envuelto en llamas y se apresuró a acercarse al general mientras La Tiznada hacía sonar una campana para invocar lobos espectrales y luego se dirigió hacia las invocaciones del general, las armas de Yorhaya y O'Neil terminaron chocando, la mujer retrocedió y pensó en acabar con el hombre lanzando dos de sus réplicas de fuego a apuñalarlo, pero este las bloqueó con facilidad, se notaba que tenía bastante habilidad, tanto ella como Yorhaya solo eran sombras de lo que una vez fueron, pero Yorhaya tenia una ventaja, ella podía recordar los movimientos de O'Neil, pero el general caído ahora era un mero zombi.
Yorhaya envolvió su espada en un fuego más intenso, algo que hace mucho no tenía que hacer, y sin duda sería algo arriesgado en contra de los ataques de viento que ya conocida de O'Neil, ella dio una serie se cortes al comandante mientras una estela de cenizas encendidas salían de su arma mientras atacaba y el antiguo comandante bloqueó todos los cortes, pero aquella estela repentinamente estallo, no era una expresión intensa, pero logró hacer retroceder al comandante y que afloje su agarre, Yorhaya aprovechó la oportunidad para apuñalar profundamente en su cabeza, pero este era más resistente de lo que ella pensó y trató de cortarla con su alabarda, ella al esquivar el golpe tuvo que soltar su arma.
O'Neil comenzó a girar su arma invocando a los vientos y luego se lanzó con un tornado dispuesto a aplastar a Yorhaya, esta apenas pudo esquivarlo, pero sin su arma estaba vulnerable, o eso parecía, mientras el general se acercaba Yorhaya se quitó el casco para lanzárselo, el comandante bloqueó el ataque, pero justo después una bola de fuego salió disparada de la boca de la caballero y esta logró impactarle, O'Neil retrocedió un poco y Yorhaya aprovechó esta distracción para cerrar distancia y poner sus manos sobre su espada, que seguía incrustada en el cráneo y casco del hombre, con las manos en su armas y dispuesta a no volver a cometer su error, la caballero lanzó una de sus replicas de fuego, al salir disparada esta le destrozo el cráneo y lo mató.
La Tiznada vio como sus oponentes de desvanecían luego de la victoria de Yorhaya, soltando un suspiro gracias a que vio como la Caballero estaba a punto de perder, y porque los espectros también la tenían acorralada, Yorhaya luego de recoger su casco buscó en el cadáver de O'Neil y encontró una aguja rota, ella se relajó viendo que era bastante diferente a la aguja de Miquella, quizás se trataba de una muy buena imitación, ella le entregó la aguja a la Tiznada y luego se dirigió al cadáver del antiguo comandante.
-Parece estar rota, revisa si el hombre que te pidió el favor puede repararla, mientras tanto me encargare de purificar la armadura de este hombre.
-De acuerdo ¿Quieres que te avise?.
-Por supuesto, avísame si logran reparar la aguja, me gustaría ir a ver a la chica que sufre la maldición.
-Bien.
La Tiznada se alejó en su corcel y Yorhaya comenzó a preparar su ritual para purificar la alabarda y la armadura, sin duda este había sido un gran guerrero, pese a no ser un camarada tan directo como los caballeros imputrescibles merecía totalmente su respeto.
Unos días mas tarde La Tiznada le habló a Yorhaya mostrándole la aguja totalmente repara, pero tenia una extraña sustancia roja que la caballero reconoció, evidentemente la Tiznada no acudió solo a ella por su petición de contarle cuando la aguja esté reparada. El proceso comenzó a la noche, la caballero preparó un pequeño altar de rocas para posicionar la aguja, su sello comenzó a brillar mientras que ella convocaba llamas que envolvían a la aguja, el ritual esta vez duraría incluso más de lo que duraba con las armaduras, al terminar ella la tomó y la miró, debía admitir que era un gran trabajo de artesanía, ella se levantó y subió con la Tiznada sobre Torrentera, pidiéndole que la lleve a donde estaba la chica.
Al ir a la dirección indicada a lo lejos lograron avistar aquella iglesia, o aquellas ruinas de una iglesia con un montón de lapidas al frente, era impresionante la cantidad de iglesias en ruinas de las tierras intermedias y como siempre había gente rara cerca, era de suponerse que algún infectado viviría ahí, Yorhaya extrañamente podía sentir una espinilla al acercarse a la iglesia.
-Tiznada.
-¿Si?.
-Gracias por traerme, pero si ella se está pudriendo es mejor que solo yo me acerque.
-Estas segura?
-No hay ningún peligro para mí, pero sería irresponsable que te arriesgues.
La Sin Luz se alejó mientras Yorhaya entraba, no tardó mucho en ver a una joven despeinada y sin un brazo, hace mucho tiempo tiempo no sentía esos sentimientos golpeándola uno detrás de otro como una tormenta, tristeza, pena, ira, indignación, le traía recuerdos, especialmente relacionados a cierta niña, pero ahora había una nueva cosa extraña, algo que le generaba la joven mientras más se acercaba a ella.
-Tú... Por favor aléjate, tengo una maldición a la que ningún hombre o mujer debería acercarse.
-Créeme, la conozco más que nadie —La caballero se acercó y se agachó, casi arrodillándose para mostrarle la aguja— Esto va a curarte, clávatelo.
-Dices que me inyecte eso?... —Ella soltó un quejido— ...No importa, prefiero confiar en una desconocida antes de seguir pudriéndome ¿puedes apartar la mirada?.
La caballero miró hacia otro lado mientras la joven enterraba esa aguja en su cuerpo, escuchó esos gritos de dolor, ella volteó hacia la pelirroja cuando esos gritos cesaron, aun la veía respirar, estaba viva pero inconsciente, la caballero se preocupó, si solo era una imitación, entonces era probable que no funcione, además, si funcionase, el cuerpo de la joven ya estaba muy dañado, quizás aun curándose de la podredumbre estaría condenada.
Yorhaya decidió pensar como curandera, encendió llamas en su cuerpo, llamas que nunca se extenderían, pero que sí causarían calor, se acercó a la joven y se sentó a su lado para luego darle un abrazo, es algo que ella hacia cuando aún se podía llamar a ella misma una gran caballero, una extraña petición del propio Miquella, ella le daría su calor a un paciente si sospechaba que se podría acercar su final, que siempre era solo cuestión de tiempo, pues la podredumbre no tenia cura "Se que ahora no podemos salvarles, Yorhaya, y si eso no es posible, creo que amenos se merecen un ultimo abrazo, se que su peste no toca tus llamas, así que por favor compárteles un poco de tu calor de tu corazón en sus últimos momentos" .
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Yorhaya la imputrescible - Elden Ring
FanfictionAntes de que todo explote en las tierras intermedias hubo grandes héroes que servían fielmente a sus señores, algunos cayeron en la gran guerra y otros sobrevivieron, una de esas tantas leyendas fue llamada Yorhaya, una caballero imputrescible que t...