Parte 16: Un hombre muy antiguo

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Un rugido se escuchó por todo Luirnia, el último aliento del dragón de piedra refulgente que había caído al suelo antes de que su frente sea atravesado por la espada de oro inmaculado de Yorhaya, al acabar su tarea miró al par de tiznados detrás de ella, unas horas después ellos ya estaban cenando unos cangrejos.

-Yorhaya ¿No era mejor idea comernos el dragón? –Dijo la sin luz–.

-Decidí no volver a hacerlo.

-Por cierto, no reconozco esa armadura ¿Podrías decirme quien es tu señor? –Dijo el caballero cariano–.

-Oh ¿No conoces la armadura de los imputrescibles?.

-Realmente no recuerdo haber oído nunca sobre ellos.

-Somos los guerreros más letales que han existido, luchamos como si la muerte no fuera nada y servimos a los gemelos Malenia y Miquella ¿Los conoces?.

-Mmmm... Tampoco.

-Disculpa ¿Cuál es tu nombre?.

-¡Oh cierto! Que descortés de mi parte, soy Kaleb, caballero cariano –El hombre le ofreció la mano a la caballero–.

-Kaleb el cariano ¿Eh? Soy Yorhaya la caballero imputrescible –La mujer respondió el gesto antes de soltar al hombre y tratar de recordar si había oído antes ese nombre, sus memorias no le daban ninguna respuesta, así que decidió hacer otra pregunta– Dime ¿Conoces a Radagon de la orden dorada?.

-Radagon... –El hombre apretó los puños– un perro de la orden dorada, es nuestro enemigo jurado.

-¡Ja! Ya veo, eres un tiznado bastante antiguo, déjame decirte algo, ya no tienes que preocuparte por Radagon.

-Predecible, sabía que esos fanáticos de la orden dorada no podían con nosotros.

-Oh, no son necesariamente buenas noticias, realmente quiero ver como reaccionaras cuando entremos a Raya Lucaria.

-¿Vas a acompañarnos?.

-Por supuesto, tiznada, va a ser divertido.

A la mañana siguiente tanto Yorhaya como el dúo de Sin luz ya habían despertado de su sueño y se dispusieron a entrar a la academia, la caballero imputrescible no podía evitar notar el cansancio en el andar de sus acompañantes.

-¿Pasa algo?.

-Estuviste gritando y golpeando el suelo toda la noche ­–Dijo Kaleb, se notaba algo irritado al cariano–.

-Sí, parece que tuviste pesadillas.

-Para nada, alguien como yo nunca tendría pesadillas.

-Oh, no tengas vergüenza, a todos nos pasa.

-Me refiero a que más que nada estoy iracunda –Yorhaya se adelantó– Como sea, ya estamos frente a la academia.

-Bien, parece que los caballeros del cuco han reforzado sus fuerzas desde la última vez, mal por esos imbéciles, morirán mas de ellos.

-Oh ¿Ya te enteraste de su traición?.

-Me recibieron con un ataque cuando reviví.

-¿Y sabes por qué?.

-No.

-Va a ser gracioso cuando te enteres.

Yorhaya pronto se adelantó al grupo y el dúo de tiznados se dispuso a seguirla, los caballeros del cuco no dudaron en atacarles cuando les vieron, pero no fueron grandes oponentes, la imputrescible arrasó con ellos mientras desviaba de vez en cuando la mirada para ver que hacían sus acompañantes, el cariano se rodeaba de espadas de piedra refulgente que eran disparadas luego de este ataque, también atacaba con ráfagas de la misma naturaleza, por su parte la tiznada tenía un estilo algo raro, envainaba y desenvainaba mucho su arma, al hacer eso una katana gana bastante fuerza, pero es un ataque que necesita más preparación que un corte simple y abusar mucho de este ataque y te vuelve predecible facilitando abusar de esta debilidad.

-Creo que esos son todos –Dijo el Cariano–.

-Bien, crucemos entonces.

El trio se dirigió a la gran puerta y la tiznada usó la llave del sello haciendo que este comience a brillar y los transporte a la academia, mientras tanto Millicent y Ensha estaban en una gran cueva buscando a la albinaurica, finalmente habían llegado al fondo luego de matar tantos seres de piedra, cosa que habria sido imposible sin las raras armas de Ensha, pero la mujer de piel plateada no estaba ahí, solo un ser de cristal que se dispuso a atacarlos lanzando un enorme disco cristalino.

-¡Cuidado!

Millicent gritó evadiendo el ataque saltando hacia uno de sus costados mientras veía como Ensha se acercaba al ser de cristal, el disco volvió con un giro a su portador y el hombre en armadura de huesos evadió el ataque de regresión, al recuperar su arma el cristalino comenzó a girar amenazando con cortes a quien se acercara.

Ensha comenzó a correr alejándose de la criatura mientras Millicent se acercaba logrando ver como perdía energía cinética, cuando el ser dejó de girar la espada curva de la joven pelirroja asestó un golpe, pero pronto retrocedió, esa cosa era tan o mas dura que las criaturas de piedra en la cueva.

Millicent dio un salto hacia atrás mientras Ensha se acercaba por detrás y le dio a la criatura un fuerte golpe con la espalda usando sus extrañas armas parecidas a huesos de brazos humanos, parecían ser más efectivas al ser armas de golpe y no punzocortantes.

La criatura de cristal se volteó para atacar al hombre en armadura esquelética, este comenzó a evadir los ataques del cristalino mientras Millicent se preparaba para volver a atacar con su espada, esta vez consiguió un pequeño rasguño haciendo que la criatura se voltee hacia ella y traté de cortarla con su disco, por un momento ella pensó en dar un salto para evadir el ataque, pero rápidamente se le prendió el foco, ella soltó su espada, arqueó su espalda hacia atrás para evadir el corte y dio una patada al brazo del cristalino en medio de su ataque, haciendo que suelte su arma, era un movimiento que de seguro se le hubiera ocurrido a Yorhaya, pero seguramente sería mucho más limpio, pues la joven perdió el equilibrio tras ese ataque cayendo al suelo y además pudo sentir un leve dolor en la espalda gracias a flexionarse tanto.

Antes de que el cristalino pueda tomar su disco, Ensha lo atacó por la espalda, esta vez el ataque era más efectico, un aura roja envolvía su arma y la criatura de cristal se arrodilló por un momento como si le estuvieran extrayendo la energía vital, incluso sus colores se ponían más apagados, rápidamente Millicent se levantó y aprovechó para tomar el disco y atacar al cristalino en la cabeza con este, tanto el ser como el arma se quebraron y su oponente cayó muerto al suelo.

-Gracias por la ayuda, pensé que sería una buena estrategia, pero no puedo hacer tan bien esos movimientos.

Ensha comenzó a marcharse a la vista de Millicent mientras esta recogía su espada y se disponía a seguirle.

-Entonces supongo que deberíamos buscar otra cueva ¿No? –Dijo la joven de pelo rojo siguiendo a su compañero y poniendo su mano en su adolorida espalda–.

Yorhaya la imputrescible - Elden RingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora