Parte 34: El Castillo Sombrío

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Fue en las tierras prohibidas, en el Castillo del Sol ya hace mucho tiempo, su propietaria estaba gravemente herida y débil, apenas había podido escapar de sus atacantes gracias a sus guardias, la semidios gobernante tenia marcas de quemaduras, pero el simple fuego no pudo dejarla en este estado, todo apuntaba a ser causa de la llama negra.

Mientras los caballeros del castillo se preparaban para defenderse del inminente ataque, dos piel de dios y varios monjes de la llama negra ya marchaban en camino al castillo, pero sus pasos se detuvieron al unísono al oír lo que parecían ser los rugidos de varios dragones a la vez, al concentrarse mejor pudieron darse cuenta de que este sonido era causado por una sola bestia, frente a ellos aterrizó un ser muy similar a un dragón y con plumas recorriendo su cuerpo, sobre ella estaba una mujer portando una larga naginata.

El ataque nunca llegó, al llegar el amanecer solo pudieron ver a una dama cargando a otra, la primera portaba la reconocida armadura de los imputrescibles, y otra con una similar a la del cañaveral pero hecha de oro inmaculado, uno de los caballero inmediatamente abrió las puertas y se acercó a ofrecer ayuda.

-¡¿Qué fue lo que pasó?!.

-Nada, detuvimos a los sacrodermos.

En el presente, Yorhaya y Millicent se encontraban ya finalmente cerca del Castillo Sombrío para recoger la prótesis para la joven, la caballero estaba bastante cansada, durante el tiempo que no entrenaba a su alumna se concentraba a acostumbrarse a los grilletes, aun así se sentía confiada, tenía el suficiente nivel para hacer frente a enemigos poderosos estando aun cansada y estaban en camino a un lugar seguro, o lo que ella creía que era un lugar seguro.

-¿Qué diablos?....

La imputrescible miró a lo lejos el Castillo Sombrío, estaba irreconocible, descuidado, inundado en veneno y con no muertos morando por sus alrededores, Yorhaya se apresuró a correr a toda velocidad a la estructura y al llegar comenzó a abrirse paso cortando a los intrusos con su espada mientras su alumna la seguía.

-¡No!¡No!¡No! –La caballero miraba con desesperación a sus alrededores–.

-Mmmm.... Tranquila maestra –Millicent tocó el hombro de Yorhaya para tranquilizarla– me haz entrenado bien, puedo seguir con mi viaje incluso sin la prótesis.

-No, digo –La caballero dio un suspiro que denotaba su enojo– hay que entrar, seguramente podemos conseguir una de todos modos.

Yorhaya saltó de las murallas del castillo mientras se envolvía de llamas para protegerse del veneno, sin duda era el tipo de ponzoña que crean lo adoradores de la podredumbre roja, pero no era una influencia poderosa, no era ni de asomo tan peligrosa como la podredumbre de Aeonia, sin embargo, siempre era bueno tener la protección adecuada.

-Quédate quieta un rato –La caballero dio un salto hasta el muro de nuevo y se acercó a su alumna con una llama formándose en sus manos–.

La caballero tocó con sus manos a Millicent y esta fue envuelta en leves llamas, impresionantemente no la hicieron morir calcinada, pero el calor sí era algo que se podía sentir.

-¿Eh? Maestra ¿Qué es esto?.

-Son llamas que las protegerán del veneno.

-¡Genial!.

La caballero volvió a saltar al charco venenoso de nuevo y fue seguida por su alumna, el frio oro inmaculado cortaba la carne de muertos vivientes y de extraños humanoides delgaduchos y de varias extremidades, pronto atravesaron el charco de veneno y pudieron llegar a una zona más alta del castillo, la cual estaba libre de veneno, pero al tocar tierra firme una criatura extraña se manifestó del suelo, tenía varias extremidades y era enorme, al instante atacó con un fuerte chorro de veneno a las dos mujeres que lo esquivaron.

Yorhaya la imputrescible - Elden RingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora