Parte 30: La bestia de la estrella fugaz.

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La punta de la cola de la bestia estaba tirada en el suelo, había sido cortada hace poco, y su portador se encontraba levantándose y recuperando el aliento, frente a él, se alzaba una bestia peor, una en armadura dorada y con una larga katana, era diferente a los demás retadores, se notaba una gran ira provenir de esta, cuando hablaba se escuchaban varias voces al unísono, tanto de hombres como bestias.

-¿Eso es todo lo que tienes? No estoy satisfecha, muéstrame ese poder que ocultas, es una orden.

La bestia se levantó con un salto y finalmente comenzó a usar la magia de gravedad, se hizo bola en el aire y retrasó su caída con su hechizo, el suelo se agrieto tras el impacto, pero su oponente no fue afectado, pese a que su puntería fue perfecta al realizar el ataque la caballero logró esquivarle.

-Buen chico –gruñó la mujer quedándose quieta, quería ver lo que podía hacer su oponente–.

El caído de las estrellas comenzó a rodear a Yorhaya mientras cubría sus costados con la cola, sus colmillos se cubrieron de un aura purpura y corrió hacia la mujer, ella le esquivó saltando hacia el costado, pero era lo que planeaba la bestia, levantó sus colmillos, reventó el suelo en varios fragmentos y elevó a gran velocidad esos grandes pedazos de roca, la caballero fue atrapada por el ataque y se vio obligada a cubrirse de una de las rocas con su espada ¡Enhorabuena! La primera bestia que la sorprendía en mucho tiempo, se ganaría sus elogios si justamente ella no odiara la magia de gravedad.

Al caer al suelo, Yorhaya vio al viajero de las estrella con los colmillos cubiertos en purpura de nuevo, pudo ver ese mismo purpura formando una especie de semiesfera en el aire a su alrededor y no tardó en salir de ella para escapar del rango del hechizo en el que la bestia trató de capturarla, poco después las rocas fueron arrastradas con violencia al centro de la esfera y se aplastaron formando un cometa que se mantuvo en el aire.

La bestia se apresuró a volver a taclear a la caballero, ella esquivó el ataque con un salto, pero el cometa que se encontraba frotando fue ahora dirigido velozmente hasta el lugar donde ella cayó, la mujer evadió el ataque y el viajero de las estrella no tardó en correr hacia ella con los colmillos abiertos, Yorhaya se deslizó por debajo de su adversario, podría partir sus colmillos a la mitad, pero parecían ser sus canalizadores, probablemente esta pelea sería un desperdicio de tiempo si los dañaba, pero no tardó mucho en encontrar una solución.

La bestia cubrió sus colmillos en purpura y volvió a levantar el suelo a su alrededor para, lanzar los diversos fragmentos hacia la caballero, ella los esquivaba y como era de esperarse, pero ese no sería su único problema, los cuernos del viajero de las estrellas se volvieron a cubrir de purpura y el suelo se levantaba violentamente en forma de estalagmita debajo de Yorhaya, ella esquivaba con velocidad, pero poco a poco fue perdiendo terreno al exponerse a un movimiento tan incómodo, pronto una roca la golpeo, y luego otra y otra y otra más, los golpes no hacían a la caballero retroceder, pero lo importante era que la frustraban y hacían perder la concentración, pronto ella recibió una embestida de su oponente y salió volando para chocar contra una pared.

El caer al suelo la caballero miraba con resignación a la bestia, estaba frustrada con ella misma, lo sabía desde el principio, estaba involucrando demasiadas emociones en la pelea y eso la hizo desconcentrarse y perder el enfoque, respiró levantándose y tratando de blanquear sus pensamientos para evadir a la bestia que ahora corría a toda velocidad hacia ella para aplastarla y jurando cortar su cabeza en el momento justo en que su oponente fallase el ataque, pero antes de decidirse el combate fue interrumpido.

-Detente.

No fue un grito, fue una simple orden, pero aquella voz fue tan imponente que los contrincantes obedecieron al instante, la mente de Yorhaya estaba confusa, pensó por un instante que quien le habló era Malenia, pero la voz era diferente, en un solo instante miles de pensamientos y preguntas llenaron su cabeza.

-Maestra, dijiste que me llamarías si tenías problemas –La joven caminó hasta Yorhaya y la ayudó a levantarse–.

-Lo siento, todo fue demasiado rápido, debí pedirte que me acompañes –La mujer tomó la ayuda de su alumna y se logró levantar– Dime, Millicent ¿Estas lista para domar a esta bestia?.

-Estoy mas que lista para medirme contra la magia de gravedad.

La caballero tomó su espada y comenzó a rodear a la bestia junto con su alumna, el viajero de la estrella se desesperó y comenzó a levitar las rocas para lanzar meteoritos mientras levantaba estalagmitas del suelo, la estrategia le sirvió contra Yorhaya, pero no podía concentrarse lo suficiente en hacer eso con dos personas, la caballero sonreía viendo la total concentración de su alumna al mirar a su adversario, la caballero cerró distancia con facilidad y la bestia se trató de cubrir con la cola, pero no fue necesario, la mujer frenó su propio ataque antes de tocar al alienígena, su intención únicamente fue crear una brecha para Millicent, la cual la aprovechó para dar un fuerte corte en el lomo de la bestia.

-¡Excelente corte! –Dijo Yorhaya alejándose del monstruo–.

-¿Vas a dejarme todo el trabajo a mí? –La joven se burló alejándose también–.

-Solo observa.

El viajero de las estrellas usó la magia de gravedad para galopar sobre el aire y la caballero se envolvió en llamas y dio un gran salto que la posicionó sobre la criatura, al clavar su hoja en la espalda de la bestia ella disparó una replica de fuego que la hizo estrellarse contra el suelo gracias al potente impulso de esta técnica, mientras Yorhaya mantenía en el suelo a la criatura, esta trataba de liberarse al mismo tiempo que Millicent se acercaba, pero pronto se volvió demasiado tarde para la criatura, lo ultimo que pudo sentir fue el tajo de la joven bajando por su cuello antes de ser totalmente decapitada.

-¿Y? ¿Cómo te sientes, mi alumna? –La caballero se levantó tomando la cabeza–.

-Un poco abrumada de tener que salvar a una maestra tan imprudente.

-¿Salvarme? Pude ganar en cualquier momento.

-¿Enserio? Tu misma admitiste que debiste llamarte –Ella sonrió presionando su dedo contra el casco de su maestra– Admítelo, te salvé. 

–La caballero se quitó el casco y dejó los dedos de su alumna presionar tu piel– ¡Je! Búrlate lo que quieras, solo haces mas duro tu entrenamiento de mañana.

-¿Eh?.

-Bueno, vámonos jovencita –Yorhaya se comenzó a dirigir hacia la escalera– tengo que cocinar mucho para que estés lo suficiente alimentada mañana.

-Me estas asustando maestra.

-Oh sí, deberías estarlo bastante.

Yorhaya la imputrescible - Elden RingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora