A la tarde las mujeres ya habían llegado al lago, Yorhaya aún estaba impresionada por la actitud que demostró su alumna y no podía parar de pensar en ello, incluso tuvo ganas de arrodillarse en el momento que la vio así, pero los pensamientos de la caballero habían sido interrumpidos por un hombre de un extraño sombrero de hierro.
-Deténganse, no les recomiendo entrar a Agheel, un dragón habita en sus aguas, es una bestia majestuosa a la par de peligrosa, así que a menos que esté locas o quieran arder no les recomiendo que lo hagan.
-Oh ¿Un dragón? Suena divertido.
-Maestra, creo que podría ser peligroso, deberíamos esperar a la noche o para escabullirnos o atacarle a la noche si consideras necesario matarlo.
-Sí, eso es una decisión inteligente... Pero en la guerra no siempre hay que ser inteligente.
Yorhaya sonrió corriendo y adentrándose al lago hasta escuchar el rugir del dragón, Millicent la siguió y miró con miedo a la bestia acercarse y bañar en llamas a su maestra, la joven se detuvo y cayó de rodillas al suelo con una lagrima bajando por su cara, su maestra, quien la ayudó con su aflicción, quien le hizo recordar su objetivo y quien le había dado a conocer el mundo ella pensó que estaba muerta hasta que el fuego se disipó y se escuchó una risa.
-¡Jajajaja! ¿Lo ves? A veces la decisión más descerebrada es la que asegura la victoria.
La silueta de Yorhaya yacía ahí parada e intacta, la caballero imbuyó su cuerpo en llamas y apuntó con su espada al suelo ante la vista asombrada de Millicent y Yura, una réplica de fuego salió disparada e impulsó a la imputrescible hasta los cielos, ella se alzó por encima del dragón y se volvió a impulsar con otra replica y cortó los dedos del ala, haciéndolo caer al suelo.
El dragón se levantó con las costillas rotas y siendo incapaz de volar, comenzó a retroceder mirando con miedo a la caballero, ella lo miró y guardó su espada sin quitarle la vista.
-Vete de aquí, considérate afortunado de que ya no sea como en antaño, no tengo ganas de reclamar tu corazón.
Ante estas palabras Agheel se volteó y comenzó a correr para alejarse de la mujer, quien solo apagó sus llamas mientras lo veía huir despavorido.
-¿Lo viste, Millicent? –Dijo la caballero volteándose, pero se sorprendió al sentir como su alumna la abrazaba–
-¡Maestra! ¿Estás bien? –Dijo Millicent mirando a Yorhaya con ojos cristalinos–.
-Sí... mmmm... ¿Podrías soltarme?.
-¡Lo siento! Solo me asusté, pensé que habías muerto –Millicent soltó a su maestra y retrocedió un poco–.
-Oh ¿Era eso?... Escucha, Millicent, yo soy una caballero imputrescible, soy parte de los guerreros más fuertes que han existido o existirán, los imputrescibles somos invencibles, así que no te preocupes por mí, cuando hago ese tipo de cosas es por que se que voy a ganar.
-Entiendo, pero... Por favor no te adelantes tanto, recuerda que no soy tan fuerte como tú.
-Está bien, pero eres fuerte también, así que trata de no quedar atrás, ahora vamos a ver la mina.
Dijo Yorhaya volteándose para caminar en dirección a la mina, ambas mujeres entraron con intención de liberar a los esclavos y bajaron entrando en un ascensor con una placa de presión en el centro, ellas siguieron moviéndose buscando a los mineros, pero lo único que se encontraron ahí fueron seres deformes y con la piedra cubriendo sus cuerpo, algunos estaban hipnotizados en su trabajo, pero otros no tardaron en correr hacia las intrusas.
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Yorhaya la imputrescible - Elden Ring
FanfictionAntes de que todo explote en las tierras intermedias hubo grandes héroes que servían fielmente a sus señores, algunos cayeron en la gran guerra y otros sobrevivieron, una de esas tantas leyendas fue llamada Yorhaya, una caballero imputrescible que t...