Parte 31: La zona

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-Maestra....

-¿Si? –Preguntó Yorhaya manteniéndose en posición de carrera frente a su alumna, habían estado ahí desde hace tres horas y apenas se habían movido unos centímetros–.

-Realmente no entiendo cuál es el punto de est –La voz de Millicent fue interrumpida por un fuerte golpe en el estómago que la derribó–.

-Dime, Millicent ¿Qué sentiste al enfrentarte a ese dragón y a la bestia de las estrellas?.

-Bueno... –La joven pelirroja acarició su mentón– Es raro de decir, me sentía muy lucida, había ataques que eran muy fáciles de esquivar y de atinar que no lo serian de otra forma.

-Entraste en la zona.

-¿La zona?.

-Es un estado de gran inmersión en el combate, tú llegaste a tocarla, pero aun puedes llegar al siguiente nivel.

-¿Cuál es el siguiente nivel?.

-Podrás entrar mucho más fácil a la zona y también tu percepción ahí será incluso mejor, todo se verá increíblemente lento, podrías quedar atrapada bajo una lluvia de flechas y esquivar todas como si nada.

-¿Tu estas en ese nivel?.

–Yorhaya negó con la cabeza– Yo puedo entrar a voluntad y lo hago siempre que comienzo un combate, pero eso ya no es algo que se pueda entrenar, tienes que experimentar cientos de situaciones que te pongan al limite si quieres lograrlo.

-Asumo que tú lo conseguiste en guerras.

-No, fue en sesiones de sparring contra Malenia –La caballero volvió a ponerse en posición– Este entrenamiento va a pulir tus capacidades de concentración y reacción que son necesarias para llegar al siguiente nivel.

-Bien –Millicent se puso en posición también lista para seguir entrenando–.

-Sin embargo, la zona tiene dos grandes debilidades.

-¿Eh?.

-Primero, en la zona estas tan concentrada que no eres capaz de pensar en estrategias complejas y a largo plazo, estas limitada a cosas más simples, en segunda, puedes sentir emoción y todo, pero cuando te involucras demasiado a nivel sentimental en el combate simplemente no puedes entrar a la zona.

-Maes –Las palabras de Millicent fueron interrumpidas cuando en un abrir y cerrar de ojos vio el puño de Yorhaya deteniéndose frente a su cara–.

-Sí, fue por eso que tuve complicaciones en mi pelea contra la bestia de la estrella, simplemente la magia de gravedad me pone así.

-Bien, en ese caso solo me queda ayudarte cuando te enfrentes contra Radahn.

-Millicent... –La caballero se puso seria– ¿Estas segura de que quieres pelear?.

-¡Claro!¡Quiero protegerte, y esto también me incumbe por el lazo que comparto con Malenia!.

-Sí, tienes razón en ello –Yorhaya suspiró acariciando el cabello de su alumna, lista para decirle una pequeña verdad a medias– Y por ese lazo con ella es mi deber asegurar tu supervivencia, incluso si eso significa priorizar tu vida sobre la mía, si veo que un solo golpe de Radahn te pone en peligro, incluso si tengo rotos todos los huesos del cuerpo, correré y tomaré ese golpe en tu lugar, Millicent, yo moriría por ti.

-¿Eso fue una amenaza?.

-Sí –La caballero sonrió y apretó un poco la cara de su alumna para aliviar el ambiente– puedes participar, pero te recomiendo primero asegurarte de que no va a ser peligroso para ti.

-Entendido –La joven pelirroja suspiró antes de devolver usa sonrisa pícara a su maestra– Yo también me interpondré cuando te vea en peligro, así que asegúrate que esto no pelear hasta que sientas que sea seguro para ti.

-Chica lista –Yorhaya se alejó un poco– Entonces solo nos queda dar nuestro doscientos por ciento ¡Ponte en posición para entrenar!.

-¡Sí!.

Yorhaya la imputrescible - Elden RingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora